Revolución: rebelión de las masas contra el poder, ruptura brusca con el sistema establecido. Fenómeno infrecuente en la vida política.Y nunca visto en esta amplia franja de regímenes autocráticos que van desde el Atlántico al Golfo Pérsico, desde Marruecos a Irán.
La 'primavera árabe' que durante enero incendió Túnez, Argelia, Egipto, Yemen y Jordania —y quizás más países en las próximas semanas— merece una mirada cercana. Podría señalar todo un cambio de época, como el que acaeció en Europa Oriental tras la caída del muro en 1989. Arrancó el 17 de diciembre en Túnez, al inmolarse, prendiéndose fuego, Mohamed Bouazizi, un joven vendedor callejero. El 14 de enero, el presidente Zine el Abidine Ben Ali huyó del país: la primera vez que un dictador árabe ha sido derrocado por el pueblo. Fue un hecho inaudito que animó a jóvenes de varios otros países a salir a la calle a reclamar un cambio radical.
Las protestas están fuera del marco acostumbrado de partidos u organismos religiosos, no tienen líderes claros y se basan en una reinvindicación común a todos: el desesperante nivel de vida en países con ciertos recursos pero con un reparto nefasto de la riqueza.
Este foco también incluye otros escenarios de revueltas o rebeliones populares, como las ocurridas en Grecia en 2006 y 2010, la de Georgia en 2007 o la 'revolución de los cedros' libanesa de 2005, que no se dirigía contra el propio gobierno sino la ocupación siria.