El país que fue la cuna de la Iglesia Cristiana, hoy provoca rechazos porque se podría convertir en el primer miembro islámico de la Unión Europea. Durante siglos centro del imperio otomano, el gran rival musulmán de las potencias europeas, Turquía rompió con su pasado e implantó un modelo netamente europeo en 1920 bajo la revolución de Atatürk.
Citada a menudo como modelo de democracia del mundo islámico, Turquía ha recibido un trato a favor en la prensa europea: apenas se ha dado a conocer en Europa la represión de los años noventa. En esa época era frecuente aplicar la legislación antiterrorista a protestas estudiantiles y contra la oposición de izquierdas; una política que llevó a la cárcel a muchas miles de personas.
El cambio llegó en 2002, con el ascenso al poder del partido islamista moderado Justicia y Desarrollo (AKP), esforzado en mejorar las credenciales de Turquía para entrar en la Unión Europea. Aún se respetan poco los derechos humanos en la región kurda, pese a estar en franca mejoría; el idioma kurdo, aunque ya no totalmente prohibido, aún no se enseña en los colegios.
También preocupa lo que los turcos llaman el "estado profundo", una alianza de las fuerzas políticas de extrema derecha con los servicios secretos y ciertos sectores del Ejército, que incluso realiza atentados. El estamento militar todavía juega un papel muy importante como vigilante de la Constitución laica y ha derrocado a cuatro gobiernos, el último en 1997.
El poder ejecutivo del gobierno corresponde al primer ministro, mientras que el cargo de presidente se reserva a funciones simbólicas. Aunque hay una activa vida politico, a menudo sólo tres partidos, a veces sólo dos, acceden al parlamento, debido a que deben superar un umbral del 10% de los votos. El histórico partido izquierdista CHP ha sido superado en la última década por el AKP, moderadamente islamista. Una tercera formación importante es el derechista MHP.