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El kurdo es un idioma iraní, hablado por unos 25 millones de nativos en Turquía, Iraq, Irán y Siria. Junto a las lenguas caspias —de las que algunas se consideran a veces dialectos del kurdo— forma parte de la rama iraní noroccidental. Aunque el kurdo se diferencia claramente del farsi, el parentesco entre ambas lenguas puede permitir cierta comunicación rudimentaria.
Se suelen diferenciar dos dialectos del kurdo: el kurmanyi, hablado en Turquía, Siria, el noroeste de Iraq y el norte de Irán, y el sorani, hablado en la mayor parte del Kurdistán iraquí y la región fronteriza occidental de Irán. La diferencia entre ambas es bastante significativa: según algunos dificulta la comunicación entre kurdos turcos e iraquíes, otros ven sólo detalles menores. Es de suponer que la diferencia se irá reduciendo en el futuro, dado que los programas de televisión emitidos desde Erbil y Suleimanía en sorani son también muy populares entre los kurdos de Turquía.
El kurdo es hoy la lengua oficial de la región autónoma del Kurdistán iraquí y es cooficial en Iraq, país donde lleva décadas formando parte de la vida cultural nacional: desde mediados del siglo XX existe una regular prensa nacional kurda y desde 1959, el kurdo se enseñaba en los colegios públicos de las zonas habitadas por kurdos, si bien sufría cierta vigilancia política y acoso entre los años setenta y ochenta. Desde 1991, la enseñanza del kurdo se ha vuelto a hacer universal en el Kurdistán iraquí, hasta el punto de que el árabe ya apenas se habla en esta zona.
En los otros tres países con importantes comunidades kurdas, el idioma sufre duras persecuciones. En Irán no se puede utilizar en la enseñanza, aunque existe una prensa local en esta lengua. Siria prohíbe la publicación de textos en kurdo, pero no persigue su uso oral en la vida diaria. Turquía ha aplicado durante muchas décadas las más severas medidas de represión: declaraba inexistente el kurdo e imponía penas de cárcel por hablar o escribir en este idioma, bajo la extraña acusación de usar 'un idioma que no existe'. Todo uso del idioma en los colegios —incluso para comunicarse con los padres— estaba vetado y hasta hoy hay denuncias por utilizar palabras kurdas en contextos oficiales.
La severa prohibición se ha ido relajando en la última década, y desde 2004 es legal enseñar kurdo en academias privadas, aunque las autoridades siguen siendo obstaculizando iniciativas de este tipo. Ya no se persigue su uso oral en la calle. Desde 2005 existen emisiones en kurdo en televisión y radio, aunque con severas limitaciones.
El kurmanyi, habitual en Turquía, se escribe en el alfabeto latino, mientras que el sorani, en Iraq, emplea habitualmente el alfabeto árabe. Esta diferencia contribuye a mantener cierta barrera entre kurdos a ambos lados de la frontera e impide a la población kurda en Turquía acceder a la amplia literatura kurda existente en Iraq.
El número total de hablantes kurdos es objeto de numerosas polémicas; la cifra de 25 millones es una aproximación, pero las estimaciones varían entre los 18 y los 35 millones. Dado que Turquía negaba toda existencia de una etnia o un idioma kurdo, los cálculos más antiguos son probablemente demasiado bajos, mientras que hoy, muchos defensores de un estado kurdo independiente tienden a inflar las cifras.