El turco de Turquía es la forma más difundido de las decenas de variantes, todas muy similares, de la lengua turca. Es desde hace muchos siglos, y especialmente desde el establecimiento del Imperio Otomano en el siglo XIV, una lengua culta, utilizada en la Administración y poseedora de una rica literatura. El turco actual, no obstante, es bastante distinto al idioma utilizado durante siglos en Turquía y conocido como turco osmanli. Su forma actual fue estandarizada en los años veinte del siglo XX por encargo de Atatürk. El alfabeto árabe utilizado hasta entonces para transcribir el turco fue reemplazado en 1928 por el latino, mejor dicho por una versión del alfabeto latino adaptada a la fonética turca, que creaba varias letras nuevas.
Esta reforma se combinó con una nueva visión nacionalista turca y laica y conllevó el abandono de un enorme número de términos árabes, sobre todo del ámbito religioso y administrativo, y la acuñación de nuevos vocablos basados en raíces turcas. Este proceso todavía no ha terminado y a veces es incluso difícil encontrar términos de uso diario en la política en los diccionarios. Éstos recogen por ejemplo el tradicional hürriyet (libertad), una palabra de raíz árabe, mientras que en las manifestaciones se lee la palabra özgürlük en las pancartas.
El turco es el único idioma oficial de Turquía, donde tiene rango de símbolo nacional, de manera que el uso de otros idiomas, como el kurdo, se considera prácticamente una traición. Además, la Constitución de Chipre considera el turco lengua oficial al mismo nivel que el griego. Pese a la división de la isla, las monedas y billetes de la República de Chipre llevan leyendas tanto griego como turcas y en rigor, al ser lengua oficial de un estado miembro de la Unión Europea, el turco debería considerarse idioma oficial en el Parlamento de la UE.