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Los jaredíes (o haredíes, con ortografía inglesa), a menudo también llamados ultraortodoxos, son los seguidores de una secta judía de la escuela ortodoxa, que otorga un enorme valor al estudio y la lectura diaria de la tora. Se trata de una corriente nacida en el siglo XIX en las comunidades europeas asquenazíes, aunque hay un antecendente en las comunidades místicas jasidíes, nacidas en Ucrania a partir de 1740.
Hoy, los jaredíes viven sobre todo en Estados Unidos e Israel y prácticamente todos son asquenazíes. En Jerusalén se concentran principalmente en el barrio Mea Sharim. Rechazan la participación en actividades mundanas e mantienen una estricta separación entre sexos. Los niños varones se dedican a partir de los seis años a tiempo completo al estudio de la tora y el talmud. No asisten a los colegios públicos y los planes de estudios de las escuelas privadas jaredíes no incluyen materias como historia, matemáticas, física o idiomas. Un 70% de los varones jaredíes rechaza el servicio militar y acepta una subvención estatal para dedicarse íntegramente al estudio de la tora. Las mujeres trabajan a veces en la economía del propio barrio jaredí. Su destino es siempre casarse con un hombre de su misma condición religiosa y tener descendencia; no es raro que tengan ocho o diez hijos.
Los hombres se caracterizan por llevar el traje europeo del siglo XIX: chaqueta negra con sombrero negro. Siempre se dejan crecer la barba y mantienen rizadas las largas patillas, conocidas como peyot. Las mujeres son tenidas a observar un atuendo "modesto", es decir siempre falda hasta los tobillos y manga larga al menos hasta el codo. Frecuentemente, las mujeres jaredíes se rasuran el cráneo porque creen que el cabello puede excitar al hombre y lo consideran indecente. Para evitar la imagen de la calvicie, no obstante, a menudo llevan peluca y se cubren con un gorro o pañuelo.
La mayor parte de los jaredíes rechaza el sionismo como concepto político, ya que no no otorga valor al establecimiento de un estado o incluso lo considera expresamente prohibido: sólo el mesías podría hacerlo. Una de las formaciones jaredíes más llamativas es Neturai Karta, con sede en Nueva York, que apoya abiertamente a las autoridades palestinas. Por otra parte, también se encuadra en el conjunto jaredí la secta de los sikrikim, un pequeño grupo extremista asentado en el barrio de Mea Sharim en Jerusalén, que impone sus puntos de vista —separación total de mujeres y hombres, oposición al sionismo..—con violencia a los demás habitantes. Las mujeres y niñas se velan completamente, en un estilo comparable a los burqas de los talibán.
Gran parte de la población israelí ve a los jaredíes como traidores a la causa sionista que, sin embargo, viven a costa del estado. También hay temor a que la demografía jaredí imponga reglas religiosas cada vez más estrictas en toda la sociedad y convierta Israel en un estado teocrático, en el que sólo la tora tenga valor de ley. Muy pocos jaredíes abandonan su mundo y si lo hacen, sus padres los suelen declarar muertos. Existen, no obstante, redes de acogida laicos en Israel para ayudar a jóvenes ex jaredíes a orientarse en la sociedad.
Lubavitch
El movimiento Lubavitch (o Jabad-Lubavitch) es una secta jasídica, fundada en el siglo XVIII en Rusia, que sigue las enseñanzas del rabino Shneur Zalman. Aunque mantiene una componente mística, en la tradición jasídica, su mayor actividad consiste hoy en difundir las normas ortodoxas de la halaja entre judíos poco practicantes y de 'rejudaizar' las poblaciones asimiladas a un entorno poco ortodoxo. Además proclama la pronta llegada del mesías.
Tras la muerte de Shneur Zalman en 1812, el cargo de rabino mayor fue asumido por su nieto y estuvo hasta 1994 en manos de sus descendientes, todos pertenecientes a la familia Schneerson. El último rabino (o rebbe), Menajem Mendel Schneerson, a veces considerado el propio mesías por sus seguidores, murió en 1994 sin hijos. La sede de la secta se halla en Nueva York.
Hoy, los emisarios del movimiento Lubavitch se encuentran en comunidades judías de todas partes del mundo, donde suelen construir yeshivas —escuelas religiosas judías— y otras instituciones sociales con un programa intermedio entre asistencia social y misión ortodoxa. A diferencia de los jaredíes apoyan el sionismo y se oponen a la retirada de Israel de los territorios palestinos ocupados.