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 Egipto

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Creado como estado: 1948
Capital: disputada
Población: 7 millones
Lenguas: hebreo (oficial), árabe(cooficial)
Religión: judaismo ortodoxo (oficial), islam, cristianismo (minorías)
Moneda: Shekel
Siglas internet: .il Prefijo: +972-
Gobierno: República
Primer ministro: Benyamín Netanyahu (desde 2009)
Conflictos armados: Palestina, Golán

Israel es sinónimo de conflicto. La creación del estado en 1948 por parte de inmigrantes asquenazíes sionistas suscitó una serie de problemas internacionales que aún no se han resuelto.

El primer conflicto fue originado por la expulsión de unos 700.000 palestinos de los territorios que se convirtieron en el nuevo estado y que nunca obtuvieron permiso de regresar.

Los intentos fracasados de los estados vecinos Egipto, Jordania y Siria de revertir la creación de Israel por la fuerza militar crearon el siguiente problema: la ocupación militar, en 1967, de los territorios de Cisjordania y Gaza por el ejército israelí. Israel no considera estos territorios parte integrante del estado, pero tampoco permite que en ellas se establezca un gobierno independiente.

Además, desde las mismas fechas, Tel Aviv mantiene ocupados los Altos de Golan en Siria. En la práctica, este territorio se trata como si formara parte de Israel. Similar es el caso de Jerusalén. En 1980, el gobierno israelí anexionó todo el municipio de esta ciudad, conquistada en 1967, y la declaró capital indivisible del estado. Esta ley no ha sido reconocida por ningún país y todas las embajadas se mantienen en Tel Aviv o sus cercanías.

El conflicto palestino ha marcado sustancialmente la imagen de Israel en el resto del mundo, pero mucho menos en el propio país, donde la guerra en los territorios ocupados no forma parte del debate cotidiano.

Mucho más importante, en la conciencia colectiva israelí, es el choque entre dos concepciones del estado. Uno es el modelo de inspiración laica y socialista, instaurado por los padres de la independencia en 1948, que sólo recurría a la Biblia para cimentar su derecho histórico a habitar Palestina. El otro es un modelo teocrático en el que la tora y la halaja sustituyan las leyes civiles y se erijan en base de la sociedad.

El país no posee constitución, de manera que es difícil definir el papel de la religión en el fundamento legal del estado, pero se puede considerar religión oficial: las leyes otorgan ciudadanía a cualquier judío o descendiente de judíos en el mundo que la solicite, prevén numerosas ventajas para los ciudadanos de fe judía frente a los musulmanes o cristianos y otorgan a los rabinos la competencia exclusiva para celebrar bodas o divorcios. Cada vez más leyes y normas municipales siguen las indicaciones de los rabinos.

Uno de los motivos de esta deriva fundamentalista es la extrema dispersión del Parlamento israelí, la Knesset. Es raro que un partido obtenga más de una cuarta parte de los 120 escaños y las coaliciones y alianzas tácticas son imprescindibles para formar gobierno. En la última década, los partidos fundamentalistas, dispuestos a aliarse con cualquier socio, han formado parte de todas las coaliciones de gobierno y a menudo han podido dirigir el ministerio de Educación.

En el sistema israelí, el poder ejecutivo recae en el primer ministro, mientras que el presidente sólo tiene funciones simbólicas. El estamento militar tiene un enorme poder político y social y un pasado glorioso en el ejército, conocido como tsahal, es casi uno de los requisitos para una campaña electoral exitosa.