La utilización del islam como fundamento político en el sentido moderno fue predicado por primera vez por el reformador de origen persa Gamaludín Afghani a partir de 1871 en El Cairo. La idea fue popularizada en todo Egipto a partir de los años treinta por los Hermanos Musulmanes, partidarios de crear una sociedad basada en el islam para oponerse en bloque al colonialismo europeo. Durante décadas, sin embargo, las ideas nacionalistas fueron abanderadas por partidos laicos como el baazismo y movimientos similares. Sólo en 1979, la revolución islámica de Irán, lanzada por Ruholá Jomeini, dio nuevas alas a la idea religiosa, junto a la bancarrota moral de los partidos tradicionales, incapaces de cumplir sus promesas de progreso.
A finales de los años ochenta, el fundamentalismo gana fuerza en casi todos los países de mayoría musulmana —sin diferenciar entre chiíes y suníes— y propone elevar el texto del Corán a rango de Constitución, una ideología que definimos como islamismo.
No todos los partidos islamistas piden la introducción de la charia o ley coránica en todos los ámbitos legislativos, al menos no de inmediato. Eso sí, a menudo mantienen un discurso doble: uno moderado frente a la prensa y otro más tajante en sus mitines internos. El ala femenina de los movimientos islamistas suele adoptar el hiyab (pañuelo islamista) como símbolo visible de su adscripción política. Entre los hombres, la seña equivalente es el uso de la barba, aunque es menos extendida y se da sobre todo entre los grupos más integristas, mientras que los políticos islamistas moderados renuncian a este símbolo. Aún así, en el Magreb, todos los fundamentalistas se suelen describir despectivamente con el mote de 'barbudos'.
En algunos países, los partidos islamistas cumplen el papel que ocupan los democristianos en las sociedades europeas. En otros son ilegales o perseguidos. Aun así, la inmensa mayoría no aboga por la rebelión armada como método de imponer su ideología, exceptuando las situaciones de ocupación militar como Iraq, Palestina o el Cáucaso, en cuyo caso se mezclan las reivindicaciones nacionalistas con las religiosas. Una excepción es la insurrección de 1982 en Siria y la guerra civil desencadenada tras el golpe de estado militar de 1991 en Argelia. En algunos casos, grupúsculos escindidos de los grandes movimientos han cometido atentados o insurrecciones armadas, como ocurrió con los Hermanos Musulmanes de Egipto en 1981.
Las células de terror integrados en la 'nebulosa de Al Qaeda' no tienen relación con los movimientos islamistas. Su discurso se basa en una vaga reivindicación 'antiimperialista' sin fundamentos religiosos ni políticos y es considerado contrario al islam por los teólogos musulmanes.
Partidos y Movimientos
Esta lista describe los partidos y movimientos islamistas más importantes del ámbito mediterráneo. Ninguno de ellos aboga actualmente por la via armada para imponer su ideología, aunque dos —Hamás y Hizbulá— se mantienen armados dado que funcionan como milicia en la guerra que les enfrenta a Israel.
Marruecos: El Partido de Justicia y Desarrollo (PJD), fundado en 1998, es el único gran partido islamista legal. Es la mayor fuerza política del país, desde su victoria electoral en noviembre de 2011. Se presenta como moderado y fiel a la monarquía y aunque fue considerado ''indeseable' durante años, ahora ha formado una coalición con varios otros partidos clásicos. El movimiento Justicia y Espiritualidad (o Justicia y Caridad, Al Adl wal Ihsan) atrae un número de simpatizantes mayor pero difícil de medir: es ilegal, aunque ampliamente tolerado. Rechaza la monarquía parlamentaria, aboga por una república islámica y discute el rol del rey como máxima autoridad religiosa. Se organiza en torno a su fundador, el anciano jeque Abdesalam Yasin, cuyo discurso tiene tintes místicos, y su hija Nadia Yasin.
Argelia: El Frente Islámico de Salvación (FIS), fundado en 1989, ganó las primeras elecciones democráticas en 1991 pero fue apartado del poder por un golpe de Estado. Recurrió a las armas, lo que provocó una cruenta guerra civil que se agotó a finales de los años noventa. Su heredero Wafa no fue legalizado y se disolvió en 2000. Hoy existen varios partidos islamistas. El moderado Movimiento de la Sociedad por la Paz (MSP), tercera fuerza parlamentaria con 52 escaños y un 10% de los votos, forma parte de la coalición gubernamental. El conservador Ennahda, con 5 escaños, es la sexta fuerza, y el Islah, la octava desde que perdió 40 de sus 43 escaños en 2007.
Túnez: El movimiento islamista fue estrictamente prohibido durante la época de Zine el Abidine Ben Ali, con el partido Ennahda (sin relación con el partido homónimo argelino) funcionando en el exilio. Tras la caída del dictador, en enero de 2011, el partido se estableció en Túnez y ganó ampliamente las elecciones.
Libia: No existen partidos políticos. Muammar Gaddafi, dirigente del país desde 1969, proclama una especie de islamismo según su propia interpretación y ha dado pasos para instaurar la charia como sistema legal, aunque no se aplica en su rigor literal.
Egipto: El histórico movimiento de los Hermanos Musulmanes, fundado en 1928, fue la mayor fuerza de la oposición durante la dictadura de Hosni Mubarak. La organización controla gran parte de los sindicatos y los colegios profesionales. Tras la caída del dictador, el partido asociado a los Hermanos, Libertad y Justicia, se hizo con 230 de los 508 escaños del Parlamento. Otro partido islamista, desconocido hasta entonces, se convirtió en la segunda fuerza con 121: se trata de Nour, que representa a la corriente salafista, muy fundamentalista e inspirada en la ideología wahabí. Además existe el liberal partido islamista Wasat, con 11 diputados. Juntos, los tres partidos dominan netamente más de dos tercios del hemiciclo.
Sudán: El Frente Islámico Nacional, fundado por el jurista y predicador islamista Hassan Turabi en 1960, empezó a tener gran influencia en 1979. A partir de 1983, el gobierno sudanés impuso una legislación rigurosa basada en la charia. Tras el golpe de Omar Bashir, aliado de Turabi, en 1989, el caracter islamista del régimen se ha mantenido, aunque perdiendo fuelle. El partido gubernamental es hoy el Congreso Nacional, escindido en 1998 del Frente Islámico Nacional.
Jordania: La rama jordana de los Hermanos Musulmanes, inspirada en la egipcia, participa desde los años cincuenta en el Parlamento y forma el partido de oposición más importante. Obtuvo el 15% de los votos en 2003, pero retrocedió a un 6% en 2007.
Palestina: Fundado en 1987, Hamás, rama palestina de los Hermanos Musulmanes, ha ido desplazando a los partidos nacionalistas e izquierdistas. En 2006 ganó las elecciones palestinas pero fue boicoteado por la comunidad internacional. Se impuso en la Franja de Gaza, que inoficialmente domina desde el inicio de la década y es perseguida por la Autoridad Palestina en Cisjordania, donde también tiene un importante colectivo de simpatizantes.
Líbano: El partido de mayoría chií Hizbulá, fundado a inicios de los ochenta durante la guerra civil, mantiene 12 escaños —un 10%— enel Parlamento y consiguió entrar en un gobierno de unidad en 2008, tras largas presiones, y finalmente convertirse en fuerza dominante del gobierno en 2011. Aboga por un modelo social islamista moderado. Su milicia es la única que no fue desarmada tras los acuerdos de paz. Durante dos décadas hostigó la ocupación israelí del sur de Líbano y mantiene el conflicto fronterizo tras la retirada —asegura que incompleta— de Israel en 2001. Rechaza el terrorismo.
Siria: Los movimientos islamistas están estrictamente prohibidos. Una insurrección armada de los Hermanos Musulmanes en 1982 en la ciudad de Hama fue suprimida a través de un bombardeo y terminó en baño de sangre. Ahora, los Hermanos dominan hasta cierto punto el Congreso Nacional Siria, que representa a la oposición exiliada, pero no es la fuerza impulsora de las revueltas en el interior.
Iraq: La invasión estadounidense de 2003 ha hecho surgir milicias fundamentalistas en el sector chií de la población, que sigue las consignas políticas de los líderes espirituales. El mayor partido en el Consejo d Representantes (el Parlamento iraquí) es la Alianza Unida Iraquí, dominada por los dos partidos islamistas chiíes Dawa Islámica y Consejo Supremo para la Revolución Islámica en Iraq. El movimiento más activo —aunque menor en número— es el encabezado por el joven clérigo Muqtada Sadr, más político que religioso.
Irán: La Revolución Islámica de Ruholá Jomeini en 1979 instauró una teocracia chií, en la que la decisión última sobre todos los asuntos públicos recae en el Máximo Líder espiritual, actualmente Alí Jamenéi.
Turquía: El partido Justicia y Desarrollo (AKP, Adalet ve Kalkinma Partisi) se considera más cercano al movimiento democristiano (o demoislámico) que al islamismo. Su antecesor, el Partido Saadet (Felicidad) sigue abogando por un orden islámico más estricto y es el brazo político del poderoso movimiento islamista Milli Görüs, fundado en 1972 por Necmettin Erbakan, un ingeniero formado en Alemania que fue de 1996 a 1997 primer ministro de Turquía.