El albanés es una de las nueve ramas vivas del tronco indoeuropeo y una de las más aisladas. Sólo consiste de una lengua, el albanés, con un total de algo más de 6 millones de hablantes. La gran mayoría vive en una región relativamente compacta de los Balcanes suroccidentales: Albania, Kosovo y las zonas colindantes de Grecia, Macedonia y Montenegro.
El albanés es oficial en Albania, en Kosovo y en los municipios de Macedonia donde más del 20% de los vecinos sean de etnia albanesa.
Se distinguen dos variantes: el gheg, hablado en la mitad norte de Albania, en Kosovo y Macedonia, y el tosk, hablado en la parte meridional de Albania y el norte de Grecia.
La lengua se escribe hoy siempre utilizando el alfabeto latino, enriquecido con algunos puntos diacríticos. El albanés estándar está basado sobre todo en la variante tosk. Aunque las diferencias son claras —el gheg usa a veces 'n' donde el tosk usa 'r' y dispone de consonantes nasales—, la comunicación entre ambas variantes es posible y hablantes de todos los dialectos son capaces de entender el albanés estándar.
En el sur de Italia, desde Brindisi hasta Sicilia, existen aldeas, conocidas como arbereshe, en las que se habla una variante del albanés, cercana al dialecto tosk. Se trata de comunidades inmigradas en Italia en el siglo XV, que han conservado su idioma.