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Adrián Mac Liman
[May 2010]

Apagón informativo múltiple
El informe 2010 de Reporteros sin Fronteras traza un panorama sombrío

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El último informe anual de Reporteros sin Fronteras (RSF) llama la atención sobre el fin de los Estados modélicos y multiplicación de los apagones informativos en las crisis regionales. La situación de la libertad de prensa en el mundo experimentó cambios notables en 2009, un año marcado por la aparición de graves crisis políticas en varios continentes: en África (Guinea), en Oriente Medio (Irán e Israel) y en América Latina (Honduras).

Durante mucho tiempo, Europa pudo enorgullecerse de ser un auténtico ejemplo en materia de respeto a la libertad de prensa. Sin embargo, en los últimos 12 meses varios países del Viejo Continente han perdido su status de Estado modélico. En Francia, Eslovaquia y sobre todo Italia, la influencia del poder en la marcha de los medios de comunicación afecta claramente a su independencia.

En Italia, bajo amenaza mafiosa, y en España, donde ETA aún no ha entregado las armas, la amenaza física sigue teniendo un peso sobre la actividad de los periodistas. Una situación que vale también para la región de los Balcanes. Aunque la principal y sin duda más grave amenaza procede de la nueva normativa jurídica introducida en distintos países.

En efecto, numerosas leyes aprobadas desde septiembre de 2008 cuestionan la independencia de los periodistas. Eslovaquia ha permitido la aplicación del peligroso concepto del derecho de réplica automático, que aumenta la influencia del Ministro de Cultura en las publicaciones. En Italia, el actual presidente del Consejo, Silvio Berlusconi, dueño de todo un complejo mediático y poseedor de dos tercios de la prensa privada, no duda a la hora de hacer y deshacer las carreras de los periodistas que no le gustan, en particular en el sector público audiovisual.

Mediterráneo Oriental

En la región del Mediterráneo Oriental, la operación 'Plomo fundido' llevada a cabo por el Ejército israelí en la Franja de Gaza, tuvo repercusiones dramáticas sobre la prensa ya que el Tsahal efectuó un auténtico bloqueo de los medios de comunicación extranjeros. Israel ha aplicado la censura militar, heredada de mandato británico, a todos los medios de comunicación El balance del conflicto es muy grave: las fuerzas armadas israelíes hirieron a una veintena de periodistas en la Franja de Gaza, mientras que otros tres perecieron cuando cubrían el conflicto.

También en su territorio, Israel comenzó a aplicar los mismos métodos que en el exterior. Reporteros sin Fronteras pudo inventariar cinco detenciones, algunas de ellas al margen de todo marco legal, y tres encarcelamientos de periodistas. La censura militar, institución heredada de la época del mandato británico, fue aplicada a todos los medios de comunicación, divisándose como una amenaza para la profesión. Esta es la primera vez que el Estado judío no encabeza la clasificación de la libertad de prensa en Oriente Medio.

Irán, Honduras y otros infiernos

En el Irán de los ayatolás, los periodistas sufrieron esta año más que nunca. La cuestionada reelección del presidente Ahmadineyad hundió al país en una auténtica crisis y generó toda una paranoia en relación con algunos periodistas y bloggers; censura previa y automática, vigilancia estatal de los periodistas, malos tratos, periodistas obligados a huir del país, detenciones ilegales y encarcelamientos…este es el cuadro de la libertad de prensa este año en Irán.

Estas persecuciones recuerdan, aunque en menor grado, las que sufrieron los medios hondureños que se opusieron al golpe de Estado que derrocó, el 28 de junio, al presidente electo Manuel Zelaya. El golpe consiguió el apoyo decisivo de una prensa dominante, en manos de la oligarquía local. Frente a ella, los medios cercanos a la 'Resistencia' fueron objeto de frecuentes suspensiones, e incluso cierres, mientras los militares hondureños no dudaban tampoco en poner todo tipo de obstáculos al trabajo de la prensa extranjera, a poco que se atreviera a aludir al 'golpe de Estado'.

También en Guinea, el comportamiento cada vez más incontrolable de los militares, se saldó el 28 de septiembre con una masacre de civiles, seguida de una auténtica caza de los testigos indeseables.

Europa y la región transmediterránea

Bulgaria, uno de los Estados miembros de la Unión Europea, sigue descendiendo en la clasificación desde su adhesión en 2007, convirtiéndose en el peor alumno de la clase. También en Eslovaquia se ha producido una degradación de la libertad de prensa, esencialmente achacable a las consecuencias de que en 2008 se aprobara una ley que impone el derecho de réplica automático, y al intervencionismo de las autoridades en las actividades periodísticas.

Entre los países candidatos a la adhesión, Turquía y Croacia han evolucionado de manera particularmente inquietante. En Turquía, el aumento de los casos de censura, sobre todo en los medios de las minorías étnicas (principalmente kurdos), así como la voluntad de las instituciones estatales, el Ejército y la Justicia, de conservar el monopolio de los temas de interés general aplicando leyes liberticidas, han salpicado un año lleno de dificultades para los medios de comunicación.

En Croacia, en liza por una próxima integración en la Unión Europea, las tensiones reaparecen cada vez que se habla de las relaciones serbo-croatas. Los periodistas que transgreden el tabú son con frecuencia víctimas de la violencia.

Una constatación que puede aplicarse igualmente a Italia, el país de entre los seis miembros fundadores de la Unión Europea donde la libertad de prensa está saliendo realmente malparada. Las presiones que ejerce el Cavaliere, con un intervencionismo muy acusado, la violencia de la mafia con algunos periodistas, exponiendo sus actuaciones a la vista de todos, y el estudio de un proyecto de ley para limitar drásticamente el uso que la prensa pueda hacer de escuchas administrativas, explican el cariz que está tomando.

Francia no sale mejor parada, a causa no solo de los sometimientos a estudio, detenciones preventivas y registros en los medios de comunicación, sino también por la injerencia de las autoridades políticas, y especialmente del jefe del Estado, Nicolas Sarkozy.

En Rusia, tres años después del asesinato de Anna Politkovskaya, siguen más que nunca de actualidad los atentados contra periodistas y defensores de los derechos humanos, o las violentas agresiones a representantes de la prensa local. La vuelta de los tabúes y/o la censura, el triunfo de la impunidad para los asesinos de periodistas, contribuyen a un sensible empeoramiento de la libertad de prensa en el país, que adolecía de muchas carencias en ese terreno.

Por otra parte, es de temer que la libertad de expresión sea la que pague el precio de la carrera por la seguridad, en Uzbekistán y Turkmenistán, los países más represivos del espacio post-soviético, Estados ricos en recursos naturales, sobre todo en hidrocarburos.

Siempre en la zona de Transcaucasia, conviene subrayar el hecho de que los periodistas armenios sufrieron múltiples agresiones y fueron víctimas de las crispaciones políticas que continúan pesando en la sociedad y en los medios. La situación del vecino Azerbaiyán no ha cambiado; sigue siendo preocupante.
Asimismo, se confirma el deterioro de la libertad de prensa en Asia Central. Esa tendencia afecta particularmente a Kazajistán y Kirguizistán.

El primero, gigante del gas de la región, se distinguió por el incremento de la apertura de procedimientos a la prensa independiente o de oposición, volviendo a poner en práctica actuaciones bien conocidas: las de las enormes multas que llevan al cierre de las cabeceras afectadas. Intimidaciones, violencia contra profesionales de los medios, así como la prórroga de una ley que equipara las páginas de internet a los medios tradicionales y les somete a las mismas restricciones, han contribuido ampliamente a que Kazajistán ocupe ahora el peor lugar desde la creación de la clasificación mundial de la libertad de prensa, en 2002.

Kirguizistán genera mucha inquietud tras un recrudecimiento de las agresiones a periodistas, intimidaciones que han llevado a algunos a optar por el exilio, una campaña electoral que solo se pudo cubrir parcialmente y las presiones sobre radios extranjeras, que para emitir sus programaciones tienen que conseguir primero el acuerdo previo de las autoridades.

Oriente Medio y el Magreb

La zona destaca nuevamente por un retroceso de la libertad de prensa. En 2009, se deterioró considerablemente la situación no sólo en Irán sino también en Yemen, donde los periodistas pagan el precio de la política de tierra quemada emprendida por las autoridades contra cualquier forma de separatismo: tanto en el norte, contra la rebelión zaidí, como en el sur del país. En mayo de 2009, el Gobierno consiguió reducir la libertad de expresión como una auténtica piel de zapa, imponiendo silencio acerca de las operaciones militares.

También preocupa la situación de la libertad de prensa en Siria, aunque es cierto que en esta país se recurre menos a la violencia física. El cerco de la represión se cierra cada vez más en torno a las voces disidentes, recortando los escasos espacios de libertad que les quedaban a los medios independientes o de oposición.

Durante los 12 últimos meses, en Libia se produjo un movimiento de marcha atrás en la libertad de prensa. Es cierto que se autorizó la entrada al país de periódicos extranjeros y árabes pero la nacionalización de dos publicaciones privadas, creadas en 2007 por la sociedad Al-Ghad, propiedad de Seifalislam, hijo de Muammar Gaddafi, así como el cierre de las oficinas del canal Al-Libya, significan sendos retrocesos en la libertad de expresión en el país.

En Iraq ha cambiado la situación de los periodistas, porque el peligro ya no es el mismo. Prácticamente han desaparecido las premeditadas amenazas de milicias y organizaciones terroristas. Los periodistas iraquíes se enfrentan ahora a la hostilidad de autoridades y políticos que prohíben el acceso de los medios a determinadas zonas.

La proximidad de dos campañas electorales de envergadura estuvo marcada por una intensificación de agresiones a periodistas del Magreb. En Argelia se multiplicaron los procedimientos judiciales abiertos a medios de comunicación.

En Túnez, la losa del régimen del presidente Ben Alí sofoca cualquier tipo de prensa independiente que se atreva hacer la menor crítica al régimen, como pudieron constatar los representantes de Reporteros sin Fronteras en misión en el país una semana antes de las elecciones del 25 de octubre de 2009. Al día siguiente de ser reelegido, el presidente Zine El Abidine Ben Alí cumplió sus amenazas: el periodista independiente Taoufik Ben Brick fue detenido el 29 de octubre y al corresponsal de Reporteros sin Fronteras, Slim Boukhdhir, le agredieron violentamente el 28 de octubre.

Finalmente, cabe destacar el hecho de que Marruecos continúa la caída iniciada hace tres años. El palacio real se crispa con las 'líneas rojas' que no hay que franquear, siempre dispuesto a amordazar a la prensa, sobre todo desde julio de 2009, al día siguiente de la celebración del décimo aniversario de la subida al trono de Mohammed VI. Actualmente, la Justicia marroquí despliega todo un arsenal de medios, destinado a intimidar y asfixiar económicamente a la prensa independiente.

Desgraciadamente, pocos cambios se registran en los países del Golfo: el Estado acapara el espacio mediático con ausencia casi total de prensa independiente, un monopolio de las familias reinantes sobre la televisión, la radio, la impresión y la distribución de periódicos, y una sistemática autocensura.