La homosexualidad es una de las formas de vida sexual con la mayor carga de tabúes. Prohibida hasta hace escasas décadas en casi todo el mundo, hoy sigue siendo ilegal en la mayoría de los países al sur del Mediterráneo, aunque con matices, y se ha ido despenalizando en prácticamente todos los estados europeos.
La homosexualidad fue considerada algo natural en la época de la Grecia clásica, pero fue tabuizada y desterrada con el advenimiento del cristianismo. La Iglesia replicaba las enseñanzas judaicas, que castigan la homosexualidad con la muerte "sin remisión" y en las sociedades cristianas, la actividad sexual entre hombres y a menudo también entre mujeres fue severamente perseguida.
Al mismo tiempo, la homosexualidad aparentemente era comúnmente aceptada en las sociedades musulmanas durante el Medievo; al menos es mencionada sin connotaciones despectivas en los tratados sexológicos de la época y en la poesía.
Una vez instaurada, por la Revolución Francesa de 1789, la separación entre Iglesia y Estado, la mayoría de los países europeos reemplazó la pena de muerte por castigos de cárcel. Durante todo el siglo XIX y buena parte del XX, los homosexuales ya no corrían riesgo de vida, pero sí de libertad y siempre se exponían a perder su posición social. La forma más leve de persecución era declarar la homosexualidad una enfermedad y recluir a los afectados en instituciones psiquiátricas, como aun ocurrió en la Inglaterra de los años cincuenta. Por otra parte, ya desde finales del XIX había importantes movimientos de emancipación y durante los años veinte, la homosexualidad parecía algo perfectamente aceptado en ciertos círculos intelectuales y artísticos europeos. Pero siguió siendo ilegal. Alemania la despenalizó sólo en 1969, Austria en 1971, España en 1979... Hoy es legal en todos los países de la Unión Europea.
Al mismo tiempo, la creciente represión sexual en las sociedades islámicas —un proceso que aun continúa— fue desterrando también la homosexualidad de la conciencia colectiva, aunque desde luego no de la vida. Los predicadores islamistas la describen como "vicio" y "actitud antiislámica", de manera que normalmente se vive en círculos cerrados y casi siempre sin el conocimiento de la familia.
Es ilegal en la mayoría de los países oficialmente musulmanes, aunque la situación legal es a menudo difícil de desentrañar, dado que se utilizan términos ambiguos, como "actos antinaturales" en lugar del termino árabe 'liwat' ( derivado de Lot, habitante de Sodoma) o 'mithlí' ('homo', 'igual'), el neologismo acuñado el que los homosexuales árabes. Tampoco queda claro siempre si la ley se refiere tanto a hombres como a mujeres.
Además, la ley no siempre corresponde a la realidad social. Marruecos raramente aplica la pena de cárcel prevista y desde 2005 existe una activa sociación de defensa de los derechos de los homosexuales, no legal pero tolerada; también en Líbano existe un movimiento gay abierto y reivindicativo, que incluso edita y reparte un revista y ofrece charlas en centros sociales e iglesias, todo ello a pesar de una ley que prevé un año de cárcel por sus inclinaciones sexuales. Mauritania retiene la pena de muerte para actos homosexuales, pero no se conoce ningún caso en el que se haya aplicado.
Por otra parte, el código penal de Egipto no contiene ninguna referencia a la homosexualidad, pero no por ello ésta es legal: el arresto de gays y su condena a meses de cárcel por "comportamiento amoral" es moneda corriente. Muy similar es la situación en Jordania. Los países que con mayor severidad persiguen a los homosexuales son Arabia Saudí e Irán, ambos dominados por regímenes fundamentalistas.