M'Sur se ha mudado. La web te redirige en 7 segundos a la nueva página.
Si no lo hace, visita www.msur.es
Las lenguas circasianas —también conocidas como norcaucásicas, pónticas, adigio-cherkesas o caucásicas noroccidentales— forman un tronco aislado, no relacionado con otras familias lingüísticas.
Se distinguen dos idiomas: el abjaz y el circasiano o cherkeso. El abjaz es el idioma oficial de la región autónoma (de facto independiente) de Abjazia en Georgia, en la falda sur del Cáucaso occidental. Tiene unos 110.000 hablantes. Ligeramente distinto, y a veces considerado lengua propia, es el abaz, hablado por unas 45.000 personas en la república autónoma Karachai-Cherkessia, en la falda norte de la cordillera del Cáucaso. Tanto el abjaz como el abaz se escriben con el alfabeto cirílico.
El circasiano propiamente dicho se suele dividir en dos variantes: el kabardino se habla en las repúblicas autónoma de Kabardino-Balkaria y Karachai-Cherkessia en la falda norte del Cáucaso central. Tiene un millón de hablantes. El adigio se utiliza en la zona autónoma de Adigea, más al oeste. Aunque la comunicación entre ambas variantes es posible, se clasifican a menudo como dos lenguas distinas.
El kabardino se divide en varios dialectos de los que el besleney es inteligible tanto para los adigios como para los kabardinos; la variante kabardina que sirve como estándar literario —escrita en cirílico— se llama terek.
El adigio tiene medio millón de hablantes, unas 125.0000 viven en la región autónoma de Adigea. Otros importantes colectivos forman la 'diáspora circasiana': unos 280.0000 almas, tal vez más —algunas estimaciones llegan hasta el millón— viven en aldeas de Turquía central y occidental (provincias de Samsun, Kahramanmaras, Kayseri, Düzce y Balikesir), unos 45.000 en Jordania —sobre todo en la capital Ammán, fundada por circasianos en 1890—, unos 40.000 en Siria, inicialmente en el Golán y, tras la ocupación de éste, en Damasco, más de 10.000 en el norte de Iraq, unos 1.300 en Bulgaria...
Esta dispersión se debe a la emigración masiva de familias caucásicas —de numerosas comunidades étnicas, pero predominantemente circasianas— a partir de 1860, como reacción a la invasión rusa del Cáucaso. El Imperio Otomano les ofreció ciertas facilidades de reasentarse en otras provincias, desde Kosovo hasta Egipto e incluso Libia. Hoy es difícil conocer el número exacto de estos grupos, dado que no todas las familias de origen étnico circasiano conservan el idioma.
A veces, las lenguas circasianas se han querido agrupar en un tronco idiomático con las daguestanis —o caucásicas nororientales— pero esta hipótesis hoy no tiene mucha aceptación, aunque los dos grupos comparten un rasgo común: el alto número de consonantes, entre 40 y 50.