La caricatura, obsesión de los alauíes
Los alauíes están obsesionados con la caricatura. Deshonrado por Hassan II, el ejercicio periodístico sigue poniendo los pelos de punta al régimen actual. Khalid Gueddar, autor de la caricatura incriminada en la edición de diario del 25 al 27 de septiembre, es además el autor del cómic El rey que quería dejar de ser rey.
La serie de dibujos sobre Mohamed VI se publicó en la web francesa Bakchich, que fue acusada por los agentes de seguridad marroquíes de ser una web a sueldo del espionaje argelino. Una acusación causada, sin duda, más por el tono subversivo que por las relaciones reales con el vecino del este.
Todo empezó el lunes 28 de febrero a final del día: una unidad de la policía judicial de Casablanca llegó a las oficinas del diario Akhbar Al Yaoum y se apoderó de la edición del martes 29. Unos minutos más tarde la policía volvió: "No buscábamos este número, sino uno en el que aparece una caricatura de Moulay Ismaïl [primo del rey Mohamed VI], espetó un agente al personal que se encontraba en la oficina.
Demasiado tarde: el número en cuestión había pasado el fin de semana en los quioscos y ya se habían archivado los periódicos devueltos sin vender. Sin ningún tipo de procedimiento policial, la policía echó a los empleados a la calle y precintó la entrada al diario, por lo que la edición decomisada “por error” no fue restituida.
Estado antisemita
Esa misma noche, Moulay Ismaïl expresó su intención de denunciar el diario y el Ministerio del Interior publicó un comunicado en el que anunciaba acciones legales por la “publicación de una caricatura relacionada con la celebración de un acontecimiento estrictamente privado de la familia real”. La misiva del departamento de Benmoussa, publicada por la agencia oficial MAP, acusa igualmente al periódico “de utilización tendenciosa de la bandera nacional, atentando contra el símbolo de la Nación y cometiendo ultraje contra el emblema del Reino”. El comunicado añade que “el usode la estrellad de David en la caricatura suscita interrogantes sobre las insinuaciones de sus autores y denota una tendencia antisemita manifiesta”.
Basta con leer el comunicado para constatar que el Ministerio de Interior realmente considera el uso del símbolo del judaísmo como un ataque al emblema del reino. ¿Hay que recordar que la bandera marroquí constaba de una estrella de 6 u 8 puntas y no de cinco, hasta 1915? Fue en aquel año en que Lyautey obligó al sultán Moulay Youssef a firmar un dahir determinando el uso de la bandera tal y como la conocemos hoy en día; una estrella de Salomón —símbolo esotérico de la sabiduría perteneciente al conjunto de religiones monoteístas— sobre un fondo rojo, el color de la dinastía alauí.
Por otra parte, la portada del número 348 de la revista TelQuel del 22 Noviembre 2008 representaba efectivamente una bandera marroquí con una estrella de seis puntas sin que el Ministerio del Interior considerase esto como un “ultraje al emblema de la Nación”. En su columna del 1 de octubre en el periódico Al Massae, Rachid Nini mantiene la tesis del Majzén y afirma que Khalid Gueddar habría sido despedido de Charlie Hebdo a causa de una caricatura antisemita.
La respuesta del diario satírico era inequívoca. Philipe Val, ex director de Charlie Hebdo y actual director general de France Inter afirma: “¡Es absolutamente falso! ¡Otra caza de brujas contra Charlie Hebdo! Khalid era autónomo y sólo se le requería para dibujos de interés mundial”.
El proceso de antisemitismo que el Majzen y sus portavoces quieren entablar contra el caricaturista, carece de fundamento. No obstante, el Consejo de Comunidades Israelitas de Marruecos (CCIM), se apresura a emitir un comunicado condenando el supuesto “hedor antisemita primario” de la caricatura.
Censura sagrada
Queda el argumento de la “sacralidad” de los miembros de la familia real que les situaría más allá de la caricatura. Aquí también hay que recordar que el Journal ya ha publicado caricaturas de Moulay Hicham [también primo del rey] con barba o en pantalones cortos sin que esto les haya sacado de sus casillas a los agentes de seguridad. Por otra parte, el príncipe rojo ha intentado disuadir a su hermano pequeño de la idea de interponer una demanda contra Akhbar Al Yaoum y parece que Moulay Ismaïl ha renunciado a día de hoy a entablar acciones legales contra el diario.
Sigue siendo el Ministerio de Interior el que se encarga de ensañarse con el periódico y sus empleados. Taoufik Bouachrine, director de la publicación, y Khalid Gueddar, el caricaturista, recibieron una convocatoria verbal en la prefectura de la policía de Casablanca al día siguiente del cierre del periódico. Interrogados durante el martes 29 de septiembre desde las 16:00 horas hasta las tres de la mañana, anunciaron al grupo de periodistas que los esperaba —en actitud de apoyo— delante de la wilaya, que habían tenido que aguantar insultos y que debían volver a presentarse en la policía al día siguiente a las nueve de la mañana. Además, uno de los inspectores llegó incluso a amenazar a Taoufik Bouachrine con “partirle la cara”.
El miércoles 30 de septiembre liberaron a los dos periodistas hacia las 17:00 horas, rogándoles que se presentasen al fiscal al día siguiente, jueves 1 de octubre, a las diez de la mañana. Khalid Gueddar será acusado de “ultraje a la bandera del reino” y Taoufik Bouachrine de “participación en el ultraje a la bandera del reino”. Hacia las 14:30 h, Khalid Gueddar nos comentaba a la salida de la fiscalía: “El fiscal contradice al Ministerio de Interior. Nosotros no hemos atentado contra ningún miembro de la familia real y menos aún hemos dado muestras de antisemitismo; al contrario, es el Estado quien se muestra antisemita al considerar que la estrella de David es una atentado contra la bandera”.
A la misma hora aparecían en las oficinas de Akhbar Al Yaoum medio centenar de policías uniformados y coches camuflados matriculados en Rabat. En ausencia de una decisión por parte de la Justicia que ordenase el cierre del diario, los periodistas habían ocupado sus puestos por la mañana para hacer su trabajo como siempre, pero las autoridades demostraron mediante insultos y amenazas que no tenían ninguna intención de permitir al personal que retomase sus funciones.
Ya está en marcha una campaña internacional de apoyo al diario Akhbar Al Yaoum. Reporteros sin Fronteras, el Comité de protección a los periodistas así como el sindicato nacional de la prensa marroquí, se han movilizado para denunciar el cierre de un periódico sin el menor procedimiento legal. Una sentada tuvo lugar el viernes 2 de octubre ante las oficinas del diario en la Avenida de las FAR, en Casablanca. Mientras tanto, la persecución de los periodistas continúa.
Entonces, ¿por qué le persiguen?
El problema está en caricaturizar un miembro de la familia real. Se trata de una batalla contra la prensa que ya lleva varios meses. No olvidemos que once periodistas están denunciados por hablar de la enfermedad del rey. Si había fundamentos legales para la persecución de Akhbar Al Yaoum ¿por qué el Estado no ha respetado el procedimiento? ¿Por qué se ha comportado como un Estado canalla precintando locales y decomisando una número sin la menor decisión por parte de la Justicia?
¿Cuáles son los puntos que más les interesan a los inspectores?
Me han pedido que vuelva a dibujar la estrella, insisten en detalles de la caricatura, como la forma de la capucha de la chilaba del príncipe, su fez... Se han referido sobre todo a mi colaboración con la web Bakchich, me han acusado de trabajar con “argelinos”, sabiendo que se trata de una web francesa y un agente de la DST incluso me dijo que no merecía ser marroquí.
Leer más:
Khalid Gueddar: «Un caricaturista que se pone limites ya no es un caricaturista». Entrevista de Zineb El Rhazoui (2010)
Khalid Gueddar: El rey que quería dejar de ser rey.