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Mustafa Avcı es copresidente del partido DTP, el cuarto del Parlamento de Turquía, que defiende los derechos de la población kurda. Aunque optimista respecto a una solución pacífica para Kurdistán, es escéptico respecto a la sinceridad del gobierno turco a la hora de negociar. Mustafá Avcı es el copresidente del DTP en Estambul. Este partido de base kurda es la cuarta fuerza política de Turquía, con 22 asientos en el Parlamento. A pesar de ello, una amenaza de ilegalización por vía judicial —por sus presuntos vínculos con el PKK— pende sobre ella. Por eso existen siempre dos responsables: en caso de que detengan a uno, sigue habiendo alguien al mando.
La entrevista tiene lugar en la sede del partido, en el barrio de Tarlabasi. Avcı no habla inglés ni tiene las maneras refinadas de un estratega o un teórico: es, sin duda, un hombre de acción, un militante curtido en años de lucha en un contexto que sólo en la última década ha dejado de ser mortalmente peligroso. Y no del todo: hace dos años, los ultranacionalistas turcos atacaron este mismo edificio con cócteles molotov. Cuando el periodista entrega su tarjeta de presentación, Avcı corresponde con un papel garabateado. “El DTP no gasta en esas cosas”, afirma. Y no parece que eso le importe demasiado, ni tampoco quedar bien con nadie.
¿Qué propone el DTP para resolver el problema kurdo?
El DTP no es el brazo político del PKK, a pesar de que intenten presentarnos así. El DTP es un partido en el parlamento turco, en el que sucede que sus miembros son kurdos. Luchar por los derechos de los kurdos es una obligación que nos viene dada; los kurdos vienen a contarnos lo que desean, y nosotros luchamos por ello. El pueblo kurdo no quiere dividir las fronteras. «No tenemos una fórmula para solucionar el conflicto, pero podemos mediar entre el PKK y el gobierno»Para tener democracia y libertad no es necesario dibujar ninguna línea roja. Desde la fundación de la República de Turquía, los turcos rechazan e ignorar a los kurdos hasta el día de hoy. Es por esa negación de la identidad kurda por lo que hay guerra hoy. El pueblo turco sufre este problema. El DTP quiere dar voz a esta parte de la sociedad que son víctimas. Queremos resolver el problema cuanto antes para que no siga afectando a la gente.
¿Creen que la lucha armada es legítima?
Los kurdos turcos han comprendido que hay que resolver el problema de la identidad conforme a las leyes de la República de Turquía. El DTP quiere que el PKK y el ejército turco dejen las armas, porque el conflicto no se va a solucionar por la vía violenta. Ambos lados deben sentarse y negociar. Siempre hacemos este llamamiento, y a veces obtenemos respuesta por parte del PKK, pero el estado turco nunca responde de forma positiva.
Hoy hay un importante debate respecto al problema kurdo, se habla de ello, está en todas las televisiones. Este tiempo de negociación es importante para el DTP, queremos ser parte de ese proceso. El DTP no tiene una fórmula para solucionar el conflicto. Lo único que puede hacer es mediar entre el PKK y el gobierno del AKP (el partido islamista moderado de Recep Tayyip Erdoğan. No queremos nada a cambio, sólo que nuestra gente deje de sufrir.
¿Qué esperan de la reunión con el AKP?
La reunión llega demasiado tarde. Intentamos tener un encuentro de este tipo con Erdogan antes, pero no hubo forma por la resistencia del gobierno. Los kurdos no quieren que el AKP y el DTP se reúnan, sino que resuelvan el problema. Un encuentro de por sí no soluciona nada.
De la reunión con el gobierno no surgió ningún plan concreto. Nosotros nos limitamos a explicar los deseos de los kurdos. Pero la atmósfera es positiva en todo el país. Todas las puertas están abiertas.
«Por primera vez, el discurso del AKP es más amistoso, pero no sabemos si se va a tomar en serio el problema»
¿Está el AKP más dispuesto a escuchar que sus antecesores?
De hecho son todos iguales. No hablan de corazón sobre el problema kurdo.Hablan con el discurso y el lenguaje gubernamental, cuyo enfoque ha sido siempre el rechazo y la ignorancia hacia los kurdos. Por primera vez, en estas dos semanas el AKP ha dicho algo diferente, pero aún así no confiamos en ellos. Nos preocupa que vaya a ser igual que en el pasado.El discurso del AKP es más amistoso, pero la resolución del conflicto kurdo es algo muy complicado, es el problema más difícil que afronta Turquía. El mero discurso no es suficiente, hay que ser serios. Y no sabemos si el AKP se lo toma en serio. Hoy, por ejemplo, se ha impedido a los abogados de [Abdullah] Öcalan [el líder histórico del PKK, encarcelado desde 1999] visitarle en la prisión de Imrali. El AKP no es realmente de confiaza.
¿Qué esperan de la ‘hoja de ruta’ que está preparando Öcalan?
Tenemos esperanza. Creemos que de su ‘hoja de ruta’ surgirá algo bueno que pueda aportar una solución, porque en el pasado su discurso ha sido siempre positivo, constructivo y en favor de una verdadera solución. Aunque no sabemos lo que dirá realmente, es sólo una creencia. Estamos esperando al día 15. Pero el gobierno no quiere que sea Öcalan el que resuelva el problema, no le van a dejar.
¿Existe resistencia en el estamento militar a una negociación?
En realidad, los militares son la principal autoridad de Turquía, no el presidente. Los partidos no tienen capacidad de decisión real en los asuntos turcos, porque por encima de ellos está el ejército. Si el Estado Mayor no da luz verde a la iniciativa, ni el AKP ni ningún otro partido puede decir ‘sí’. Así que, para que haya una solución, debe hacerse con ellos [los militares].
La UE presionó mucho a favor de los derechos de las minorías en Turquía, entre ellas los kurdos. Ahora que la entrada parece bloqueada, ¿puede esto influir negativamente en la situación de los kurdos?
Los kurdos no esperan realmente nada de la Unión Europea. Por supuesto, algunos aspectos del sistema democrático de la UE afectarán a los kurdos positivamente. Pero la UE directamente no resolverá el problema kurdo. Presiona para que Turquía sea más democrática, no específicamente en el tema kurdo.
Europa no quiere integrar a un país problemático, así que presiona en ese sentido. Turquía tiene un montón de problemas, de desempleo, de democracia, de libertad de expresión, con quince millones de hambrientos. Y si Europa abre sus puertas, esos serán directamente problemas europeos.
Una gran parte de la motivación para tener a Turquía en la UE es comercial, tiene que ver con políticas neoliberales, no con la cultura o los problemas de las minorías.
Pero la UE puede ser una puerta que abra Turquía a un gobierno verdaderamente democrático y no opresivo. Realmente puede ayudar. La democracia llegará de esta forma.