Apóyanos

Publicidad
Cuentos Populares Bereberes Defensa Siciliana El caos que viene

Ander OrmaetxeaTopper
Ilya U. Topper
[Tinduf / Madrid · Jun 2007]
Sáhara Occidental  reportaje 

Los disidentes del Frente Polisario


Manifestación saharaui El Frente Polisario, embarcado en negociaciones con Rabat, pierde protagonismo frente a los activistas en los territorios ocupados y la aparición de disidencias internas, que cuestionan la legitimidad de la cúpula establecida en Tinduf.

Clientelismo, nepotismo y tribalismo”. Así funciona la cúpula actual del Frente Polisario, que dirige los destinos de los refugiados saharauis en los campamentos de Tinduf. Es la opinión de Ahmed Chia, portavoz de Jat Chahid (La Vía del Mártir), la única facción disidente del Frente que se conoce.

¿Quién es Jat Chahid? Según un joven saharaui de los campamentos, se trata de “cuatro gatos” que “quisieron implantar aquí sus ideas y reunieron a mucha gente, pero no prosperaron y se fueron a España”.

El grupo reconoce al Polisario como representante único del pueblo saharaui y pretende establecerse oficialmente como corriente del movimiento en el próximo congreso del Frente, que debería haberse celebrado en otoño pasado, pero fue aplazado.

¿Un ‘submarino’?

Los representantes del oficialismo afirman que Jat Chahid podría ser un ‘submarino’ de Rabat, destinado a dividir la sociedad saharaui y quitar legitimidad al presidente de la autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática, Mohamed Abdelaziz. Ahmed Chia conoce estas acusaciones. “Eso fue lo primero con que nos recibieron, pero lo esperábamos: “Si no estás conmigo estás con mi enemigo” es el lema que aplica la dirección”, afirma a La Clave. Añade que “la direccion se ha autoacorralado, con un discurso defensivo y cada vez más tímido”. Critica que la primera reunión directa de los representantes marroquíes y saharauis en siete años, celebrada en Nueva York el 18 de junio, se iniciara “sin condiciones”. “El Polisario no tiene autoridad para negociar la soberanía”, remacha Chia. La reunión se saldó sin resultados, aunque con el compromiso de volver a reunirse en agosto.

Mohamed AbdelazizAunque el discurso oficial también menciona la vuelta a la lucha armada como un recurso siempre abierto, Jat Chahid insiste en esta opción aún más que la cúpula oficial. Una postura que teóricamente le debería ganar seguidores entre la juventud saharaui, desesperada tras 30 años de espera inútil y con ganas de volver a las trincheras. “Como no haya un cambio pronto, cogeremos las armas”, opina un joven saharaui que vive entre España y los campamentos, pero que afirma no conocer la existencia de la Vía del Mártir.

Una cooperante española que trabaja entre los refugiados —no quiere dar su nombre—, comparte las críticas de Jat Chahid: “En los campamentos hay clases. La cúpula del Frente Polisario se ha apoltronado en el poder y se beneficia de la ayuda humanitaria mucho más que las capas pobres. Quien tiene un primo entre los dirigentes vive mejor que los demás. Incluso cuando llevas medicinas o dinero a un grupo de base, los dirigentes políticos intentan desviar una parte”, relata. “Nadie sabe nunca qué se ingresa, qué se gasta y quién lo maneja, todo cabe”, opina Ahmed Chia.

Similar es la radiografía del Frente que hace Gajmoula Ebbi, una de las tres mujeres que formaban parte del buró político del Polisario, y presidenta de la Unión de Mujeres Saharauis en los años ochenta. Se distanció de la cúpula tras la revuelta de 1988, durante la que varios integrantes del movimiento Polisario fueron encarcelados en Tinduf por sus propios compañeros de armas. En 1991, Gajmoula abandonó el Frente y viajó a Marruecos, donde hoy es diputada por el Partido del Progreso y Socialismo (PPS, ex comunista) y miembro del Consejo Real Consultor para los Asuntos Saharauis (Corcas).

No es la única disidente que se ha pasado al otro bando: entre la treintena de personalidades del Polisario ‘recuperados’ por Marruecos destacan Omar Hadrami y Brahim Hakim, recompensados con un cargo de gobernador de Settat, el primero, y con el de embajador itinerante, el segundo. Incluso Baba Sayed, el hermano menor de El Uali Mustafa Sayed, fundador del Polisario, dejó el movimiento en 1998, denunció su inmovilismo y pidió asilo político en Canadá.

Ebbi no quiere responder a La Clave respecto a las disidencias que existen hoy en el seno del Polisario. “Esto no interesa. Lo importante es avanzar hacia la paz”, sostiene, aunque sí describió a la prensa marroquí la cerrazón respecto a toda opinión divergente que reinaba en las reuniones del Frente y critica la posición privilegiada de los miembros de la tribu R’guibat.

La ‘Pasionaria Saharaui’

La acusación de tribalismo afecta igualmente al Corcas, cuyo presidente, Jalihenna Uld Rachid, es otro r’guibati, nombrado por el rey Mohamed VI en 2006 al frente de este organismo de 141 notables saharauis. Aunque el Corcas prevé fomentar “la participación de la población en la gestión de sus asuntos”, Mercado en Dajlaen realidad no tiene “ningún interés”, en palabras de Aminatu Haidar, una mujer de 40 años, calificada a veces de “Pasionaria saharaui”, que pasó cuatro años en una prisión marroquí. Defiende al Polisario —al que no pertenece— como “único representante legítimo del pueblo saharaui”.

El hecho de que activistas como Aminatu o Ali Salem Tamek, aunque sigan siendo acosados por la policía, puedan defender la independencia del Sáhara en la prensa marroquí ha trasladado el foco de la lucha de Tinduf a Marruecos y quita protagonismo a la cúpula en torno a Mohamed Abdelaziz.

Quizás por eso, la postura inflexible de Jat Chahid parece sospechosa a algunos saharauis. “No me cuadra. Yo quiero combatir contra los marroquíes, pero justo ahora tenemos que ser cautos. Los marroquíes estarían encantados con cualquier acción que justifique una respuesta suya frente a la comunidad internacional”, opina un joven saharaui cercano al Frente Polisario.

La prensa marroquí señala otra de las posibles salidas de Rabat para romper con 30 años de inmovilismo: convencer a Mustafa Bachir Sayed, otro hermano del mítico El Uali, de que tome las riendas. Durante años uno de los principales negociadores frente a Marruecos, Bachir vive hoy en Mauritania, alejado de la gestión de los campamentos de Tinduf. Aunque nunca ha criticado públicamente a Abdelaziz, su carismática personalidad podría cambiar el rumbo del Frente Polisario.