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El Rhazoui
Zineb El Rhazoui
[Casablanca · Abr 2010]
Marruecos  reportaje 

La única revista gay del mundo árabe


Niñas en Dajla Mithly, la primera revista mensual del mundo árabe dedicada a la homosexualidad, se estrena de forma clandestina en Marruecos.

Cuando el 1 de abril apareció la hoy por hoy única revista 'homo' del mundo árabe, lo primero que muchos pensaron era que se trataba de la típica inocentada habitual de estas fechas en Francia. No lo era. Mithly, título de la revista, es un juego de palabras que significa 'homosexual' y, a la vez, 'como yo' en árabe.

La publicación, una verdadera revolución en los centros de actividades libertarias, se distribuye de la misma manera que han sido imprimidos en Rabat los 200 ejemplares de los que consta la tirada: de forma clandestina.

Detrás de ella está Samir Bargachi, presidente de Kifkif, la asociación para la defensa de LGBT (Lesbianas, gays, bisexuales y transexuales) marroquíes. "Ha sido imposible obtener un número de depósito legal y una autorización de publicación" dice el editorialista de Mithly.

El artículo 489 del Código penal marroquí condena con una pena de entre seis meses y tres años de cárcel y una multa "los actos lascivos o antinaturales con otra persona de su mismo sexo". Según la asociación Kifkif, con sede en Madrid, más de 5.000 homosexuales han cumplido penas de prisión desde la independencia de Marruecos en 1956.

Es con la página web de Mithly como los fundadores de esta revista mensual quieren llegar a un gran número de lectores. La página en lengua árabe está financiada por la Unión Europea y sin ánimo de lucro, tiene como finalidad enviar una nota de color al arco iris en el espacio mediático ultra estigmatizador. También cuenta con una versión en francés y otra en castellano.

Según los propulsores, Mithly es ante todo un espacio de expresión para una comunidad que está sufriendo. Una catarsis saludable para una parte de la población perseguida al mismo tiempo por el estado y por los conservadores.

Para los conservadores, la aparición de Mithly es una señal del fin del mundo

Normalmente a un homosexual en la prensa árabe se le llama shaddh, un término que significa 'perverso'. Solo algunas voces aisladas insisten en utilizar el término mithlí, con el riesgo de pasar por defensores de la depravación.

De hecho, entre los conservadores se ha vivido la aparición de la revista como una desgracia, una señal que indica el fin de los tiempos... Y eso que no aparecen efebos posando desnudos ni imaginería homosexual explícita, tan solo textos y algunas imágenes discretas.

¿Complot para 'homosexualizar' Marruecos?

En el índice del primer número de la revista, que consta de 20 páginas: cómo 'salir del armario', día mundial de la mujer, ensayos literarios, noticias sobre la comunidad gay en el mundo y un editorial que analiza el proyecto para la sociedad defendido por los islamistas legales del Partido de la Justicia y el Desarrollo de Marruecos (PJD). Tampoco falta un anuncio que promueve el uso del condón.

Ya a finales de marzo estaba en pleno apogeo una polémica homófóba en las columnas de Attajdid, órgano de prensa del partido islamista en lengua árabe. Adolescentes en TangerLos propulsores de la polémica, que de hecho se definían como islamistas moderados, denunciaban el que la estrella británica Elton John formara parte del cartel de invitados —junto a decenas de cantantes, desde Ismael Lo y Carlinhos Brown a Julio Iglesias— del festival de música Mawâzine, que se celebrará la última semana de mayo en la capital. Veían este hecho como un complot para 'homosexualizar' Marruecos. Mithly, por supuesto, incluye en su primer número una nota de "aprobación" a Elton John y una de "reprobación" a Abdelilah Benkirane, secretario general del PJD, que se despachó en la televisión pública marroquí contra los homosexuales.

La llegada de Mithly —según Attajdid apoyado por la sociedad española y de ahí también parte de un complot internacional— es la gota que colma el vaso. El vicepresidente del Movimiento Unidad y Reforma (MUR, una corriente islamista cercana al PJD, que representa el ala radical), Omar Ahmed, ha incitado al poder marroquí a sitiar las 'células dormidas' de la homosexualidad como lo haría con sus análogos terroristas.

Un artículo de Attajdid confirma este llamamiento al castigo: "Atentar contra los valores de los marroquíes no es menos grave que atentar contra su seguridad", según el diario. Cerrando filas con el cardenal Tarcisio Bertone, Mustapha Ramid, abogado y parlamentario del PJD, cercano a los círculos de poder, responsabiliza a los homosexualidad de la pedofilia.

Estos propósitos no han escandalizado casi a nadie en Marruecos donde un gran consenso entre el Estado y los religiosos de cualquier índole hace caer la pesada losa de la inquisición sobre todo acto susceptible de arañar la moral pública.  

"Mismo combate"

En 2009, el que fue ministro de Interior, Chakib Benmoussa, diplomado en la Escuela politécnica de Ponts et Chaussées de París y el MIT en Boston, calificó la homosexualidad como "'comportamiento vergonzoso que provoca la opinión pública y que no tiene para nada en cuenta los valores religiosos de la sociedad".

Samir Bargachi replica: "Nuestros enemigos son tanto el Estado como los fundamentalistas, ambos son rivales entre ellos. Pero cuando se trata de nuestra comunidad trabajan de común acuerdo".

De hecho, por mucho que el estado marroquí, preocupado por la imagen de modernidad y apertura frente sus vecinos europeos, alegue la presencia de los fundamentalistas para proclamarse "un baluarte contra los islamistas"', su gestión de los asuntos referentes a las libertades individuales le pone en evidencia.

En 2007, en Ksar el Kebir, una pequeña ciudad al norte el país, la prensa amarilla se aprovechó de la celebración de una fiesta privada para denunciar que se estaba llevando a cabo un "matrimonio entre homosexuales". Se realizó un linchamiento en toda regla y seis hombres fueron perseguidos por violar el artículo 489 y condenados por 'perversión sexual'.  La policia decide quién es gay y quién no tras un simple escrutinio de las facciones

Un poco más al sur, en la región de Meknes, durante las fiestas anuales del patrón Sidi Ali Ben Hamdouch, conocido por ser el encuentro de la comunidad gay, la gendarmería real realiza cada año redadas dignas de otros tiempos. Suelen colocar un cordón policial en la entrada de la ciudad donde un simple escrutinio de las facciones es suficiente para determinar quien es homosexual y quien no.

De hecho, la asociación Kifkif nació del esfuerzo de movilización para apoyar 42 homosexuales que fueron arrestados en 2004 en una fiesta en Tetuán, en el norte del país. La asociación, creada de acuerdo a la legislación española, pidió de forma oficial el reconocimiento ante el Ministerio del Interior marroquí en 2006 pero la petición cayó en saco roto.

En su próximo número, Mithly romperá con otro tabú dedicando un reportaje sobre la alta tasa de suicidios entre los homosexuales marroquíes.

Leer más:
Abdellah Taïa: «Nadie en Marruecos puede disfrutar de su sexualidad» [Abr 2010]
Samir Bargachi: «Los movimientos feministas del mundo árabe los fundaron lesbianas». [Abr 2010]
Prohibido ser gay. Reportaje de Ilya U. Topper [2008]
Fondo: Homosexualidad.