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El caos que viene

Liman
Adrián Mac Liman
[Mayo 2007]
Libano  columna 

Fatah al Islam

Son pocos, bien pertrechados y arrogantes. Según los servicios de inteligencia libaneses y occidentales, la milicia de Fatah al Islam está integrada por radicales saudíes, jordanos, argelinos, iraquíes y paquistaníes, antiguos combatientes de la guerra de Afganistán o Iraq.

Pero su presencia en el Líbano no obedece tanto a los designios de los líderes de Al Qaeda como a las maquiavélicas maniobras desestabilizadoras de las grandes familias libanesas antisirias, dispuestas a acabar por todos los medios con el innegable poderío del movimiento chií proiraní Hizbulá, convertido en segunda fuerza política con representación parlamentaria en el país.

En los últimos doce meses, los campos de refugiados palestinos de Líbano, que albergan a más de 400.00 personas desplazadas, se convirtieron en plataformas de los distintos grupúsculos armados suníes Yund al Shams (Soldados de Damasco), Ibna al Shahid (Hijos de los Mártires) Isbaat al Nur (Comunidad de la Iluminación), creados con el apoyo de algunos señores de la guerra. Suenan, en efecto los nombres de Walid Jumblat, Samir Geagea o… Saad Hariri. Conviene señalar que la presencia de estos grupúsculos en suelo libanés es contraria al espíritu del Acuerdo de Taif, que contempla el desarme de todas las milicias libanesas. Parece poco probable que Al Qaeda haya sido artífice del conflicto de Fatah al Islam

Hasta la pasada semana, los milicianos de Nahr al Bared mantuvieron relaciones correctas con las fuerzas de seguridad interior libanesas acantonadas en Trípoli. La situación experimentó un vuelco radical al cortar los patrocinadores libaneses el suministro de fondos destinados a Fatah al Islam. Subsiste el interrogante acerca del papel desempañado por Al Qaeda en la actual crisis. Aunque su presencia en los campamentos palestinos está confirmada, parece poco probable que la red islamista haya sido artífice del conflicto.

Hace cinco lustros, el propio Bin Laden me confesaba que su objetivo final sería “la liberación de Palestina”. Pero qué duda cabe de que el enfrentamiento protagonizado por Fatah al Islam es una espina en el corazón de la cuestión palestina.