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El derecho a votar es uno de los fundamentos de la democracia... pero el ejercicio de este derecho era durante siglos un asunto estrictamente masculino. Sólo a finales del siglo XIX, la lucha de las sufragistas planteaba la participación de las mujeres en la expresión democrática y sentaba las bases para el feminismo político moderno. Aunque había experiencias anteriores en algunos territorios, en general, el voto femenino sólo se empezó a extender en la primera década del siglo XX.
El proceso fue a menudo gradual. Así, Portugal extendió en 1931 el derecho a votar a las mujeres que tuvieran estudios secundarios, lo cual evidentemente era una minoría, pero tampoco el voto masculino era universal sino condicionado a que el votante supiera leer y escribir. Reformas en 1946 y 1968 ampliaron estos derechos, pero no los equipararon, algo que sólo ocurrió tras la Revolución de los Claveles en 1975.
También Grecia permitía votar a las mujeres alfabetizadas mayores de 30 años en las municipales a partir de 1934, pero no igualó el voto femenino con el masculino hasta 1952.
Diferente fue el caso de España: aceptó el voto femenino en igualdad de condiciones con los hombres en 1931, pero la democracia en conjunto se anuló tras la guerra civil y sólo se recuperó en 1976. Francia tardó hasta 1944 para instaurar el voto femenino, Italia hasta 1945. En los países del Este, el voto llegó generalmente pronto, pero su utilidad fue muy escasa durante el régimen del partido único comunista, entre 1945 y 1991.
Al acabar la década de los sesenta, casi todos los países del Mediterráneo habían instaurado el voto femenino, con la notable excepción de la Península Arábiga, donde sólo Yemen había dado este paso (tampoco Suiza generalizó este derecho hasta 1971). Bahréin instauró el derecho al voto, simultáneamente para hombres y mujeres, en 2002, Omán en 2003. Kuwait, donde los hombres ya podían votar desde antes, siguió el ejemplo en 2005. Sólo Qatar y Emiratos Árabes mantienen un sistema político sin elecciones, aunque en ambos países, las mujeres no están excluidas de la política: en Qatar pueden participar, al igual que los hombres, en las elecciones municipales, y en los Emiratos, varias mujeres han sido nombradas miembros del Consejo Federal Nacional.
Arabia Saudí es el único país que mantiene aún la discriminación: en 2005 organizó por primera vez elecciones municipales, pero no permitió la participación de mujeres.
Aun cuando mujeres y hombres gozan, teóricamente, de los mismos derechos, a menudo la 'letra pequeña' dificulta la participación de las mujeres o introduce cláusulas adicionales. Así, en los años noventa, Argelia permitía al cabeza de familia —supuestamente hombre— votar en nombre de todas las mujeres de su casa...