Guionista: Persona que elabora el guion de un filme o de un programa de radio o televisión. Guión: Texto en que se expone, con los detalles necesarios para su realización, el contenido de un filme o de un programa de radio o televisión.

El guion y quienes lo elaboran han dado lugar a grandes anécdotas: así se relata, por ejemplo, que el guión de Casablanca fue escrito día por día durante el propio rodaje, o que una de las frases más famosas de El tercer hombre no figuraba en el guión sino que fue improvisada por Orson Welles (con el simpático error de atribuir a Suiza la manufactura de relojes de cuco).

El trabajo de guionista no es algo baladí: el noviembre de 2007, una huelga de guionistas puso contra las cuerdas la industria cinematográfica y televisiva de Estados Unidos.

No sabemos si la idea de rodar Quiero ver se fraguó justo en aquel momento o si los directores previeron que pudiera volver a ocurrir, pero es obvio que Khalil Joreige y Joana Hadjithomas se curaron en salud: su filme prescinde, llanamente, de guión. También cabe pensar que el caché pagado a la estrella, Catherine Deneuve, acabara con el presupuesto y no permitió ya pagar a un guionista, pero ésta es una conjetura sin indicios sólidos. ¿O es que alguien confundió el oficio de actuar con el de crear una historia? Un error similar lo cometería una empresa de aerolíneas que invirtiera todo su capital en adquirir aviones de última generación pero prescindiera de pilotos.

La materia narrativa condensada en este filme provocaría tedio si se tratase de un cortometraje

¿Qué ocurre durante la película? La actriz Catherine Deneuve ―representando a  Catherine Deneuve― se monta en un coche para recorrer durante un par de horas el sur de Líbano, desde Beirut a la frontera israelí y vuelta. Al volante, el actor libanés Rabih Mroué, que hace del actor Rabih Mroué convertido en chófer. Ya está, ya les he contado la película.

Sí: veremos ruinas. Veremos caserones destruidos por los bombardeos de 2006. Escucharemos algunos de los estallidos con los que los cazas israelíes hostigan a diario la población libanesa al traspasar la barrera de sonido. La cámara se detendrá largamente en escombros, en paisajes, en toda esa mezcla de destrucción, reconstrucción, prisas, desidia, contaminación y locura urbanística que son el lado oscuro de ese milagro libanés que consiste en vivir.

La materia narrativa condensada ―es un decir― en este filme provocaría un tedio insoportable si se tratase de un cortometraje. Al alcanzar la hora y quince minutos, lo que produce es estupor y ganas de regalarles a los directores la novela Saga, firmada por Tonino Benacquista, todo un homenaje a estos seres tan invisibles, a veces olvidados, pero tan imprescindibles para la civilización, llamados guionistas.