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islam y sexo
Desde el punto de vista teológico, el Corán establece la igualdad entre hombres y mujeres en casi todos los ámbitos: todas las normas religiosas, ritos, obligaciones, prohibiciones, castigos etc. valen exactamente igual para ambos sexos.

Además se insiste que macho y hembra de todos los seres vivos fueron creados a la vez. Por otra parte, en el Corán existe la noción de la inferioridad de la mujer frente al hombre en determinadas circunstancias: la azora 'Las mujeres' (4) establece la subordinación de la mujer casada bajo su marido y define la cuota femenina de la herencia como la mitad de la masculina; un concepto que la teología ha extendido a otros ámbitos, valorando el testimonio de dos mujeres igual que el de un hombre. No obstante, el Corán no veta a la mujer ningún campo de la vida pública y no establece jerarquía alguna entre hombres y mujeres no unidos en matrimonio.

Eso sí, casi todas las sociedades dominadas por el islam justifican con las supuestas normas religiosas la separación entre el mundo masculino y el femenino, considerado como una medida necesaria para evitar las tentaciones que desembocarían en la 'fornicación', es decir las relaciones sexuales no sancionadas por el matrimonio, consideradas un pecado grave.

Aunque la teología islámica no insiste en el papel de Eva como seductora de Adán y causante de la expulsión del paraíso, a menudo sí se atribuye a la mujer la capacidad de seducir al hombre y desviarlo de la vía moral; así se justifican en algunas corrientes integristas la imposición del velo (hiyab o niqab) para ocultar sus encantos.

Por otra parte, el islam no considera pecaminoso el deseo sexual como tal, ni el acto cuando tiene lugar en el marco del matrimonio, y no reduce su función a la reproducción. Al contrario: la teología musulmana reconoce que el sexo en la pareja debe proporcionar sobre todo gozo y lo considera una actividad recomendada desde el punto de vista religioso; la discusión sobre el carácter lícito o ilícito de determinadas costumbres sexuales —sexo anal, masturbación, posturas...— es frecuente en la teología clásica. Con un enfoque menos religiosos, diversos médicos y sexólogos árabes —desde Tauhidi en el siglo XI hasta el jeque Nefzaui en el XV— han publicado ensayos sobre el orgasmo y han redactado detallados consejos cómo llevar una vida sexual plena y satisfactoria para ambos miembros de la pareja.