Francisco Martínez
[Sujumi · Feb 2010] Cáucaso entrevista
Sergei Shamba | Primer ministro de Abjasia«Ningún intento de devolvernos a Georgia tiene futuro»
Primer ministro del territorio independentista caucásico de Abjasia, Sergei Shamba niega toda posibilidad de que el país, ya reconocido por Rusia, vuelva al redil de Georgia.
Recién llegado al cargo de primer ministro, Sergei Shamba lleva años defendiendo Abjasia en las tribunas del mundo. Fue ministro de Exteriores del pequeño territorio caucásico, escindido de Georgia en 1993, desde 1997. El 12 de febrero pasado, el presidente Sergei Bagapsh, en el poder desde 2005, lo nombró jefe del Gobierno.
Como la mayoría de los jóvenes del país, Shamba confía en el futuro y mantiene una distancia prudente con Moscú, al mismo tiempo que agradece el apoyo económico y militar de Rusia. Antes de recibir al periodista atendía a una delegación de astronautas rusos llegada a Sujumi para expresar su apoyo al nuevo Gobierno.
Hay carteles que celebran los “200 años con Rusia”. ¿No cree que da argumentos a quienes dicen que Abjazia ha sido anexionada por Rusia?
Sería una anexión si Rusia hubiera tomado este territorio. Pero ése no fue el caso, ya que Abjasia exigió su independencia, primero, a través de su Parlamento. Rusia nos ha reconocido como Estado, lo que demuestra que no hay ninguna anexión. Aceptamos que el Ejército ruso esté en nuestro territorio para garantizar nuestra seguridad y es cierto que ha establecido una base militar. Pero si esto fuese una ocupación, muchos países de Europa estarian igualmente ocupados por Estados Unidos...
¿Cree que los soldados europeos pueden cooperar con el Ejército ruso?
Tras la guerra con Georgia en 1993, Naciones Unidas destinó a nuestra fronteras un contingente en el que participaban varios países, pero esta misión se acabó y desde entonces, a pesar de que Georgia nos ha atacado en diferentes ocasiones, no hay misiones de paz de la ONU en este territorio. Desde que firmamos el acuerdo con Rusia de cooperación y amistad, nosotros decidimos por voluntad propia que Rusia garantice nuestra defensa.
¿Cuáles son ahora sus prioridades?
Hasta que Rusia nos reconoció, nuestro mayor problema y nuestra prioridad era la seguridad: antes, Abjasia fue atacada varias veces por Georgia. Después de la guerra de 2008 nos reconocieron Rusia, Nicaragua, Venezuela y Nauru; ahora, Rusia asegura nuestra estabilidad. Podemos confiar en su fuerza y centrarnos en el desarrollo económico del país, porque la estabilidad es muy importante a la hora de atraer inversiones extranjeras.
¿Esperan más reconocimientos en breve?
Estamos trabajando en diferentes regiones del mundo, especialmente en América Latina, para conseguir el reconocimiento diplomático; también en Oriente Medio y en el Pacífico, pero lo más importante es tener buenas relaciones en nuestra región y con nuestros vecinos, como Turquía o la Unión Europea. Aunque es difícil cooperar con algunos países europeos porque son miembros de la OTAN y este organismo tiene una posición con respecto a Georgia demasiado influida por Estados Unidos, que apoya de forma abierta a Georgia, sin tener en cuenta que nuestra lucha es justa.
¿Qué rol juega Europa?
Tanto Estados Unidos como la Unión Europea intentan jugar un papel destacado, pero siempre con la imposición de reconocer la integridad territorial de Georgia. Una integridad territorial que fue establecida por Stalin. Y ésa es una propuesta sin ningún futuro, algo que nunca vamos a aceptar, algo que nunca aceptamos en el pasado. Incluso dentro de la Unión Soviética ya protestamos por esta decisión. No lo aceptamos con Stalin, no lo aceptamos ahora, ni se lo vamos a aceptar a nadie que nos quiera imponer ser parte de Georgia.
En estos momentos hay conversaciones de paz en Ginebra. ¿Qué es lo que estarian disupuestos a ceder a cambio del reconocimiento de Georgia?
Nosotros nunca hemos querido tener un conflicto armado con Georgia, porque nuestra fuerza no es comparable a la de otros países más grandes, por eso, cuando la Unión Soviética comenzó a desintegrarse, cuando llegó la ‘perestroika’ y aparecieron nuevas oportunidades, nosotros propusimos a Georgia que nos reconociese un estatus federal. Incluso hubo conversaciones oficiales sobre este tema. Sin embargo, el Gobierno georgiano lo rechazó y decidió enviar el Ejército a Abjasia. Después de la guerra, tuvimos nuevas conversaciones bajo iniciativa de la ONU, incluso aceptamos una solución confederada al problema, pero Georgia volvió a rechazar esta propuesta, nos volvió a atacar en 1998 y en 2001 y también en 2006, cuando ocupó parte del territorio abjasio [Kodori]. A nosotros sólo nos quedó una alternativa y es lo que hicimos: declarar la independencia y construír nuestro país.
¿Qué es lo que proponen ustedes a Georgia en este momento?
En estos momentos, con Georgia sólo podemos hablar de una coexistencia pacífica y de tener una buena relación entre vecinos. Aunque Georgia ha realizado muchas agresiones que todavía perviven en la memoria de nuestra gente, destrozando nuestro país, nuestras casas, nuestras fábricas y maltratando a nuestra gente... en 1992 no había un coche en Abjasia que funcionara. Pero estamos demostrando al mundo que podemos desarrollarnos con éxito, no sólo a nivel económico sino también en cuanto a la democracia. Acabamos de tener elecciones y fueron limpias y abiertas; así lo han certificado los numerosos observadores venidos de muchos países.
¿Aceptarían renunciar a la zona fronteriza de Gali a cambio del reconocimiento de Tiflis?
En estos momentos nosotros sólo tenemos una vía de diálogo con Georgia, y es a través de Ginebra. Es consecuencia del acuerdo de [Dimitri] Medvedev y [Nicolas] Sarkozy en 2008. Ambos presidentes firmaron un acuerdo de seis puntos y uno de éstos invitaba a la negociación entre las partes afectadas para asegurar la estabilidad en la región. Apostamos firmemente por estas conversaciones. Repito una vez más: queremos tener una buena relación con Georgia, pero como vecinos. Pero ningún intento de devolvernos a Georgia tiene futuro, nunca lo aceptaremos. No gastaremos ningún esfuerzo en una conversación sobre este tema.
La mayoría de las inversiones que recibe Abjazia vienen de Rusia.
Rusia nos ha reconocido y los empresarios rusos pueden invertir aquí; de hecho han sido los primeros pero también nos gustaría que llegaran inversores europeos y turcos. Pero va a ser muy difícil mientras no reconozcan a Abjasia.Aun así, algunos empresarios europeos han empezado a venir por su cuenta. Hace poco que vino un grupo de empresarios austriacos interesados en invertir en turismo, pero claro, la falta de reconocimiento perjudica cualquier inversión en el país. Sin embargo, con Turquía ya tenemos unas relaciones más fructíferas. Ya hay turcos que trabajan y tienen sus negocios aquí. Y tenemos muchos contactos a través del mar; de hecho Turquía es nuestro segundo socio comercial tras Rusia. También tenemos relaciones económicas con Bulgaria y Rumania, pero lejos del nivel de Turquía y Rusia. Nosotros ya hemos vivido lo que es un bloqueo, también impuesto por Rusia; entonces sobrevivimos por el comercio que tuvimos con Turquía, que representaba el 80 % del total. Y ahora el 80 % del comercio es con Rusia y el 20 % con Turquía.
Hay un conflicto de control marítimo: hace unos meses Georgia interceptó un barco turco y hubo un serio incidente diplomático.
No ha sido el único caso. Si no tuviéramos este problema, nuestro comercio con algunos países sería mucho mayor. Georgia intenta aislarnos pero aun así hay empresarios turcos que siguen comerciando con nosotros. No obstante, el apoyo ruso ―politico y militar― nos ha garantizado también el control de nuestras aguas, especialmente desde que interceptaron aquel barco turco, que nos traía petróleo. Rusia ya nos ha confirmado que va a garantizar el control sobre nuestras aguas territoriales.
¿Cómo influirá en Abjasia la celebración de los Juegos Olímpicos de Sochi?
Tenemos grandes intereses económico por los materiales de construcción, ya que disponemos de arena, cemento, gravilla. También tenemos un proyecto para mejorar las comunicaciones entre las dos ciudades y para utilizar el aeropuerto más seguro del Cáucaso, el nuestro. Un aeropuerto que puede ser utilizado por cualquier tipo de avión. Además nos llega el ferrocarril que une Rusia con el Cáucaso y hay más proyectos en este sentido.
¿En que se diferencia el caso de Abjasia del de Kosovo?
Abjasia tiene más derecho que Kosovo a ser independiente, aunque cada caso es específico y no se puede comparar. Nosotros teníamos derecho a decidir nuestra independencia reconocido en la constitución de la Unión Soviética; sin embargo, Kosovo no tenía ese derecho, no estaba reconocido en la Constitución yugoslava, ésa es la primera diferencia. La segunda es que nosotros mismos liberamos nuestro territorio y creamos nuestro estado y nuestras instituciones; en Kosovo lo hizo la OTAN, que fue quien participó en la guerra, y fue la ONU la que creó sus instituciones. Además, no es la primera vez que nosotros tenemos un Estado. En los últimos mil años, nosotros tuvimos nuestro propio Estado en el Cáucaso, el más poderoso en la región. Kosovo siempre fue un territorio de tránsito que Albania considera suyo y Serbia también. Nunca se supo con certeza de cuál de los dos era, pero en todo caso nunca hubo un Estado.
Si Kosovo no puede subsistir sin la OTAN, tampoco Abjasia sin Rusia.
Hemos sobrevivido sin Rusia desde 1993. Incluso Rusia nos aplicó un fuerte bloqueo. Por supuesto, las cosas serían mucho más difíciles para nosotros si continuara, pero incluso en aquella época difícil demostramos que podíamos desarrollarnos, aunque fuese lentamente.
Si en Yugoslavia se ha reconocido a Kosovo y aquí a Abjasia, ¿Chechenia también debería ser reconocida?
Chechenia tiene derecho a la independencia, naturalmente, lo que ocurre es que su Gobierno no aspira a eso, no lo reclama. Tuvo un Gobierno anterior con estas aspiraciones pero la independencia la puede tener aquél que la puede asumir y defender, tanto a nivel armado como a nivel espiritual. En aquel momento, Abjasia fue la unica que apoyó a Chechenia; incluso protestamos contra la destrucción de Grozni y contra Yeltsin, a quien nuestro presidente le escribió una de recriminación. Pero en Chechenia no supieron mantener esa independencia, porque el apoyo popular no era tan amplio. Aquí, toda la sociedad apoyaba esta idea, no sólo los abjasios ―que no eran siquiera mayoritarios― sino también otros pueblos que vivían en este territorio: armenios, rusos, griegos... todos excepto los georgianos.
¿Esta mezcla sigue presente?
Los diferentes pueblos y religiones conviven en Abjasia: hay sinagogas, hay católicos, ortodoxos, budistas... todos viven en paz. Igualmente tenemos escuelas armenias, griegas e incluso georgianas en Gali.
Hace 150 años, la guerra con Rusia provocó la emigración de muchos pueblos caucásicos al imperio otomano. ¿Cómo influyen aquellos hechos en las actuales relaciones con Rusia?
En la historia de nuestro Estado ha habido diferentes periodos. En el siglo XIX adoptaron una politica que no era la más adecuada para aquella situación, luchar contra Rusia era una locura, pero es complicado juzgar lo que pasó entonces. No podemos pensar que hay amigos y enemigos para siempre ―si no, en Europa todos seguirían enfrentados― sino intereses comunes.