Acompañado de un equipo de guardaespaldas que garantiza su seguridad, el escritor italiano Roberto Saviano (Nápoles, 1979) presentó ayer en el Teatro Lope de Vega de Sevilla la película basada en su obra 'Gomorra'. Saviano, que es coguionista del filme, se refirió a las amenazas mafiosas de muerte que pesan sobre él tras haber publicado el libro sobre la Camorra napolitana.
"Vivo como vivo, blindado. No es fácil. La tristeza es por mi incapacidad de relacionarme con esta situación. Pero estar triste es también estar vivo". Con estas palabras resumió el escritor Roberto Saviano, napolitano de 29 años, cómo es la vida bajo amenaza de muerte de la Camorra.
Rodeado de fuertes medidas de seguridad, y bajo una lluvia de flashes como pocas veces se han visto en el Festival de Cine Europeo, llegó al Casino de la Exposición el autor de Gomorra junto al director de la versión cinematográfica, Matteo Garrone.
"Me pregunto todos los días si ha valido la pena.Seguramente sí", prosiguió Saviano, para quien "el simple hecho de haber podido escribir el libro es ya un gesto de esperanza. La historia de Gomorra, que transcurre desde los años ochenta hasta hoy, ha pasado con el silencio de todos, incluso de los periodistas. Y no olvidemos que la facturación anual de las tres mafias italianas es de 100.000 millones de euros. Poder contarlo ya es mucho", agregó.
El escritor, que también intervino en el equipo de guionistas del filme de Garrone, comentó que la intención era "hacer algo diferente del libro, para evitar el peligro de desplazar el trabajo hacia el documental. No obstante, ninguna historia de la película es inventada. Hemos usado incluso diálogos extraídos de escuchas telefónicas".
Otra de las obsesiones del tándem Saviano/Garrone fue despojar de épica al hampa. Así, un boss laringectomizado se muestra como un Marlon Brando venido a menos, y los jóvenes cachorros del crimen parecen a ratos salidos de El Chavo del Ocho. "Cuando se trata de un argumento criminal, lo más peligroso es siempre crear fascinación, una fascinación que es creación del propio criminal. No queríamos mostrar a Michael Corleone, o al menos queríamos mostrar que también puede ser un payaso", añade Saviano.
«Hemos querido contar el conflicto desde el punto de vista no de los emperadores, sino de los esclavos»
Pero también hay en Gomorra una intención cívica, aunque no se hagan demasiadas ilusiones al respecto. "Si yo pensara que puedo cambiar las cosas, tal vez hubiera elegido otro camino, como la política", comentó Garrone. "Seguramente la película y el libro ayudan a comprender mejor los hechos. Pero hemos querido contar la parte de abajo del conflicto desde el punto de vista no de los emperadores, sino de los esclavos".
En esa idea coincidió el productor Domenico Procacci, para el cual el fenómeno sociológico de Gomorra exhibe sobre todo "un drama que es percibido por la gente como modos de vida normales. Tanto el libro como la película explican que son verdaderos problemas que hay que afrontar".
Preguntado sobre por qué no aparecen en Gomorra ni la policía, ni la Justicia ni la Iglesia, Saviano comentó que "contar una historia desde dentro es sobre todo contar la cotidianidad. La mirada foránea sólo ve los arrestos, los funerales... Yo quería contar cómo el poder criminal se pasa el tiempo cuidándose de sus enemigos y haciendo negocio".
Aunque sobre él pesa una suerte de condena a muerte, ninguna amenaza ha impedido hasta hoy que la tinta de Saviano deje de fluir. "Sigo escribiendo porque la escritura es mi manera de resistir. Todo acabaría mal si dejara de hacerlo", apostilló el escritor.