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Mata
Ruth Mata
[Bolzano · Feb 2010]
Italia  reportaje 

Una minoría italiana en Italia


Plaza Vittoria en Bolzano Podemos encontrar minorías italianas en multitud de partes del mundo, desde Bruselas a Nueva York. Pero ¿nos imaginaríamos encontrarla en la propia Italia? Existe en la región de Tirol Sur.

¿Piazza della Vittoria o Piazza della Pace? La plaza central de Bolzano, una ciudad italiana a escasos kilómetros de Austria, no deja de cambiar de nombre, y su monumento central, un arco de triunfo de la época fascista, construido durante los años veinte, no deja de causar polémicas: arco y nombre conmemoran la victoria de la Italia fascista sobre el Imperio Austrohúngaro en la I Guerra Mundial.

Fue en 1919, al terminar la guerra, que la región Tirol del Sur se integrara en Italia con el nombre de Alto Adige. Se trajo población del sur italiano con el objetivo de repoblar la zona y se censuró el alemán, obligando a los germanófonos a adaptar su nombre al italiano.

Para éstos, el propio monumento así como la figura en el frontón superior que porta un arco y una flecha apuntando a Austria, supone un motivo de deshonra y provocación e ignora el hecho de que los italianos alemano-parlantes son mayoría en la región (aunque no en la propia ciudad de Bolzano). 

Markus Perwanger es coordinador de la cadena pública de televisión RAI en Bolzano, que emite dos horas al día en alemán.Hay dos teatros, dos institutos musicales, dos escuelas de natación... para alemanes e italianos “Para la población alemana, el que haya inscripciones hechas en la época de Mussolini, aunque fuera por un artista tirolés de la comunidad alemana, supone un problema”, asegura.

Christian Passeri, un joven bolzanino bilingüe pero de origen italiano, señala que cíclicamente se levantan voces políticas de grupos alemanes que incluso amenazan con derruir este monumento histórico. Hace algunos años ―comenta― “hubo un referéndum para cambiar el nombre de la plaza por el de Piazza della Pace” o Friedensplatz. La opción ganó, pero unos meses más tarde se celebró un contra-referéndum y la plaza tomó otra vez el nombre original.

La región Trentino-Alto Adige, llamada Südtirol (Tirol Sur) en alemán, una de las zonas más ricas de Italia, dispone de su propio estatuto de autonomía. Cuenta con un escaso millón de habitantes y está dividida en dos provincias: Trento y Bolzano. En esta última provincia, el 69% de la población es de habla alemana, a pesar de que en la propia capital, Bolzano, la mayoría de los vecinos son de origen italiano. En toda la región hay además hay una minoría de unos 30.000 habitantes que hablan ladino, una lengua romance con vestigios germanos que se escucha en algunos valles alpinos.

Las dos grandes comunidades lingüísticas no comparten el espacio público sino que se lo reparten. Markus Perwanger“Hay un instituto musical en alemán y otro en italiano, una escuela de natación alemana y otra en italiano, incluso un teatro alemán y otro italiano” dice Christian.

El problema es que algunas personas buscan definirse y le dan mucha importancia. Según Christian, “el grupo alemán tiene miedo de perder su propia cultura y devenir una mezcla ‘bastarda’ sin una clara identidad”. Tal vez por eso y por la geografía de la zona, según Markus Perwanger, no se dan un gran número de matrimonios mixtos en los valles, de mayoría alemana, aunque sí es fácil encontrarlos en las ciudades.

Por otro lado, los italianos de Trentino-Alto Adige, han desarrollado, según Christian, “por el temor de ser aplastados por la mayoría alemana, un nacionalismo que concuerda a veces con el nacionalismo nacional italiano”. Sin bien es cierto que “los propios sudtiroleses italianos son llamados cruchi, un apelativo peyorativo que viene a decir alemán, cuando se encuentran en el resto de Italia”.

Cuotas

Son muchas las polémicas políticas que surgen en torno a detalles de identidad o a la representatividad de cada grupo en la región, pese al sistema proporcional de cuotas en vigor. Markus Perwanger explica el procedimiento: cuando se nace en Südtirol o se viene a vivir a esta región, hay que inscribirse en uno de los dos grupos lingüísticos, el alemán o el italiano. Dependiendo del porcentaje de habitantes que pertenezcan a uno u otro grupo, se asignarán los puestos del empleo público. Así, los inmigrantes que van a la región pueden elegir a qué grupo pertenecer durante su estancia, ya que el único requisito es que la permanencia sea de al menos 10 años, luego se puede cambiar.

Es un sistema un tanto viciado ya que, como cuenta Christian, siempre se conoce algún caso de fervientes italianos que declaran pertenecer al grupo alemán, cuya cuota alcanza  algo más del 70%, para optar a empleos públicos, especialmente en los hospitales. También comenta la anécdota de un alemán al que trajeron desde Alemania para trabajar en el hospital.

Algunos italianos se declaran tiroleses de habla alemana para optar a empleos públicos en el sistema de cuotas

Parte del grupo lingüístico alemán se considera más cercano a Austria que a la propia Italia: si el Alto Adige es Südtirol, la parte norte de la región forma el estado federal austríaco de Tirol, y la frontera entre los dos países europeos sigue apareciendo como una partición de un territorio culturalmente unido. Una vision que apoya el Südtiroler Volkspartei (SVP), un partido conservador, social-cristiano y adherido al Partido Popular Europeo, aunque a nivel italiano se inclina más a pactar con la coalición de centroizquierda contraria a Silvio Berlusconi.

El SVP es la referencia política para los tiroleses de habla alemana ―y los de ladina, según su propia presentación― y lleva décadas dominando el paisaje político; pese a que en 2008 cosechó por primera vez menos del 50% de los votos de la región sigue manteniendo la mayoría absoluta en la junta autonómica. Desde el mismo año cuenta con 100 de los 113 alcaldes del Alto Adige.

Si no fuera por las coaliciones, el consejo provincial bolzanino hablaría sólo alemán: el segundo partido, con un 14% de los votos, son Los Libertarios, nacionalistas de derecha y defensores de la “reunificación” con Austria.

Arco BolzanoTampoco el SVP duda en describir Austria como “madre patria” y definir la “anexión” de la región en 1919 como “injusticia histórica” y agradece la “excelente función protectora” de Austria. No obstante, no llama a la secesión sino a una amplia autonomía que supere las fronteras e incluso, promete trabajar para que Italia se convierta en un estado federal.

Desde algunos sectores de Austria se fomenta una visión un punto más contundente: así, un gran cartel metálico que rezara “Süd-Tirol ist nicht Italien” (Tirol Sur no es Italia), colocado en el desfiladero fronterizo del Brennero, indicaba estar financiado por “donaciones austríacas”. Fue hecho trizas por italianos enfurecidos en 2008, pero la polémica continuó gracias a la intención de volver a colocar un letrero semejante.

En el parlamento austríaco existe una comisión Alto Adige, cuyo presidente, Hermann Gahr, se encarga de los temas de la población trentina. Esta comisión tiene una función de “tutela” del grupo alemán de la región italiana. Así es fácil que Austria, dado su cargo de garante, subvencione proyectos alemanes en Alto Adige que elevan el nivel de inversiones en la región. Esta función es un condicionante único para las relaciones diplomáticas entre Roma y Viena.

En los últimos meses, el Südtiroler Volkspartei ha propuesto que los surtiroleses puedan solicitar el doble pasaporte italiano-austríaco. La iniciativa no fue muy bien acogida por el resto de partidos y Gahr comentó que tenía la impresión de que en Austria “nadie quisiera el doble pasaporte para los surtiroleses.”  A partir de ahí el debate se ha centrado en crear una suerte de pasaporte europeo para los habitantes de esta región (si afectará también a italianoparlantes o sólo a germanófonos aún está por debatir).

Sin duda alguna, minorías y nacionalismos no son buenos aliados. Para Markus Perwanger, “cuando hay algún problema, es más fuerte aquí, ya que los sentimientos son más fuertes que la razón”.