El 20 de febrero, Italia podrá saber cosas de su presidente que la mayoría de la gente ignora. Eso, al menos, afirma el cineasta Enrico Deaglio que ha rodado un documental sobre el primer político del país, con una clara intención de denuncia.
—¿Por qué una película sobre Berlusconi?
—Ha sido el hombre clave de la vida pública italiana durante más de diez años, uno de los personajes más controvertidos de Europa y sin embargo nunca se ha rodado una película sobre su vida; ésta es la primera. Ha costado sólo 60.000 euros y está financiada con nuestros fondos.
—¿Qué narra su documental?
—Narra la aventura de Silvio Berlusconi desde sus orígenes, en los años 60, hasta este momento. Lo cuenta como si se tratase de una persona del pasado; de hecho el título es "Cuando estaba Silvio". Está lleno de noticias que creo que muchos italianos no conocen.
—¿Alguna especialmente reveladora?
—Los descubrimientos hechos por los jueces sobre sus relaciones con la mafia. Es la parte central. Su brazo derecho, Marcello Dell’Utri, fue condenado a 9 años de prisión por asociación mafiosa. La cosa ha tenido poca relevancia en Italia: hoy Dell’Utri es el responsable de elegir los candidatos para Forza Italia, el partido de Berlusconi. Algo que seria cuanto menos embarazoso en cualquier otro país, incluso en Colombia. Pero en Italia no lo es. El segundo tema es cómo Berlusconi decidió entrar en política: estaba sumergido en un mar de deudas y fue financiado por gente de su entorno; fue elegido como la cara presentable para tomar el poder. El tono de la película está a medio camino entre el folclore y la inquietud.>
—¿Alguno de esos episodios folclóricos?
—Narramos la historia, poco conocida, de la tumba que se mandó construir a sus 40 años, en su villa de Arcore. Una tumba creada a imagen y semejanza de la del faraón Tutankamon. Tenemos unas imágenes inéditas de Berlusconi acompañando a Gorbachov a la tumba. También se ha reconstruido el escándalo en el Parlamento Europeo, cuando llamó "nazi" al eurodiputado socialista alemán Martin Schulz. Son quince minutos bochornosos para Italia.
—¿Y las relaciones con la mafia?
—Hemos viajado a Palermo para documentar sus relaciones con Cosa Nostra. La magistratura ha condenado a Dell’ Utri por ser embajador de Cosa Nostra en Milán durante 30 años. En el documental se dice que el partido Forza Italia, fundado por él, tiende a responder a los deseos de Cosa Nostra.
—¿Es su película parecida a la que hizo Michael Moore en Estados Unidos?
—El tono es mucho más distante y frío, pero también está creado con intención política. Está dirigido a las personas que en el pasado han votado por él y que ahora se lo están pensando, los indecisos. Hay mucha gente que no sabe nada de toda esta historia de su primer ministro.
—Usted asegura que ha sido víctima de la censura en los medios de comunicación.
—Yo dirigía un programa televisivo junto a Beppe Cremagnani, el coautor del filme. Trajimos al estudio al director del semanario The Economist, que era muy duro con Berlusconi, y esto desencadenó una polémica enorme, hasta el punto de que acabamos perdiendo nuestro programa. Desde entonces no hemos podido volver a hacer televisión.
—¿Cuál es la situación que atraviesa Italia?
—La mayoría está muy desilusionada con este Gobierno. La gente ha visto que el país se ha empobrecido, excepto algunas minorías, y que Berlusconi ha legislado por intereses personales. Los sondeos confirman la debacle de Forza Italia, que ha perdido un tercio de su electorado. Mi previsión es que el centro-izquierda ganará las elecciones.
—¿Cuál es la situación del pluralismo informativo?
—Muy mala. Prácticamente no hay reglas y todo está hecho para favorecer al primer ministro. Pero yo creo que no va a servirle. Si Berlusconi pensaba que podía gobernar un país sólo con la televisión, evidentemente se ha equivocado. Además, los italianos están vacunados contra esto. No hay novedades. Y esto cansa. Pero creo que Berlusconi no sólo quiere salir en televisión por su carácter, sino también porque tiene que hacerle ver a alguien que está haciendo todo lo que puede para ganar. Yo no creo que Berlusconi sea un hombre libre. Creo que sus elecciones políticas nunca han sido libres, creo que tiene que rendir cuentas a alguien y quiere hacer ver que él no dejará todo en la 'mierda' y que hará lo posible por ganar.
—¿Está diciendo que Berlusconi tiene que rendir cuentas ante los jefes de la mafia?
—Sí, fundamentalmente es eso. Pero no sólo a mafiosos, sino a todos aquellos que han invertido en él. En Italia, todos aquellos que tenían capitales oscuros y negocios sucios hicieron una inversión muy arriesgada apostando por Berlusconi. Al fin de cuentas no les ha salido mal y han tenido un Gobierno amigo durante cinco años.
—¿Cuál será el escenario si gana Berlusconi?
—Si consigue ganar, yo me pego un tiro (risas). Pero además de esto, creo que sería una visión terrible de Italia para el extranjero. Pero me parece difícil. Una perspectiva sería un empate en el Senado, que es posible gracias a la nueva ley electoral. Pero creo que hay una onda larga que va adelante y desde hace tiempo el centro-izquierda está ganando cada vez más netamente en elecciones regionales, locales, etcétera…Aunque la izquierda tiene muchos problemas por resolver. Yo espero que Prodi tenga libertad de elección. Su anterior Gobierno fue el más libre que tuvo Italia, lleno de gente honesta y entusiasta. Actualmente el centro-izquierda no es así, debido a que los partidos y corrientes que forman la coalición son muy diferentes.
—¿Usted cree que Berlusconi debería estar en la cárcel?
—Definitivamente sí. Creo que hay pruebas suficientes para ello. Los casos de corrupción, balances falsos, relaciones con la mafia. Además, creo que antes de estos años de Gobierno, Italia vivió un escenario de gran violencia y creo que la Historia nos dará muchas sorpresas al respecto. Con el tiempo lo veremos. Además, creo que Berlusconi está asustado también porque su derrota electoral provocará un desastre en sus empresas. Su patrimonio se ha triplicado desde su entrada en política y sus accionistas lo saben.