La directora francesa Karin Albou —de origen judeomagrebí— nos presenta este film que sitúa la acción en Túnez, durante la segunda guerra mundial.  Tras la música inicial en que una niña canta sobre el matrimonio y el rito del casamiento ¿qué le falta a la novia? dice la canción. Pues eso es lo que deberíamos preguntar a su directora: ¿qué le falta a la película?

Dos jóvenes vecinas, amigas de la infancia, contemplan la llegada de los nazis alemanes a Túnez. Ambas están ansiosas por descubrir qué es el amor. Nour, la joven árabe, está prometida a su primo, que la desposará cuando encuentre trabajo  (hasta entonces el padre de la joven se lo ha prohibido).

Myriam, la otra joven que es, evidentemente judía, deberá casarse con un hombre mayor para que junto con su madre viuda, puedan salir adelante.

Desgraciadamente, de un hecho probablemente histórico ―los judíos, también perseguidos en las colonias francesas, tuvieron que pagar multas para zafarse del yugo nazi― obtenemos un resultado poco explotado. De un hecho histórico —la persecución de los judíos en las colonias francesas— obtenemos un resultado poco explotado

La directora juega con los tonos ocres y claros de la población mediterránea, los sonidos de fondo de la calle y el gusto por el cuerpo humano: los personajes se tocan continuamente,  se acarician y se besan para mostrarnos la cercanía de estas dos culturas. Myriam y Nour se lavan en el hamman, se masajean y finalmente ―acaba la película― se funden en un abrazo.

Sin embargo, el guión presenta algunos agujeros oscuros que hace que el film resulte, en algunos momentos, tedioso.  Los personajes secundarios son planos y no acaban de transmitir gran cosa.

Es el caso de la madre de Myriam, interpretada por la propia directora. O el actor francoarmenio, Simon Abkarian, que tras una interpretación sublime en La armée du crime también basada en la segunda guerra mundial (¿hay algo más en el tintero acerca de esta guerra?) aquí está desaprovechado.
Por último, Khaled, el primo de Nour con quien ésta acabará casándose, encuentra trabajo en las filas nazis desahuciando judíos. Es el único antagonista claro de la historia.

Karin Albou, la directora, una judía nacida en el norte de África al igual que su personaje, ha realizado anteriormente dos largometrajes de ficción y un documental. Con esta historia intenta contarnos cómo las fuerzas alemanas usaron la promesa de un país independiente para ganarse a la población tunecina y cómo, en este contexto, dos amigas con los mismos sueños (casarse) se toparán con la realidad de sus culturas y la guerra.