"AHORA SOMOS LIBRES. Ya no hay líneas rojas ni tabúes y a la gente le gusta esta libertad". Son palabras de Seide Uld Seide, portavoz de la ONG mauritana Terre Vivante, optimista ante las elecciones legislativas y municipales que se desarrollarán entre el 19 y el 26 de noviembre próximos. Son los primeros comicios creíbles desde la independencia del país en 1960.

Cuando, el 3 de agosto de 2005, una junta militar dirigida por Ely Uld Mohamed Vall desalojó del poder —sin derramamiento de sangre— al coronel Muauía Uld Taya, que llevaba 21 años gobernando el país con mano de hierro, la comunidad internacional acogió con escepticismo la promesa de unas prontas elecciones. Año y medio después, la democracia llama a la puerta de Mauritania.

Dos formaciones parten como favoritas: la Coalición de las Fuerzas para el Cambio, una alianza de once partidos opositores al régimen de Uld Taya, y la Agrupación de Independientes, a la que se acusa de estar ligada al actual gabinete militar. El coronel golpista Uld Mohamed Vall, antiguo director de Seguridad del dictador al que derrocó, cumple su promesa de no presentarse a estas elecciones, aunque aún no está claro qué hará en las presidenciales previstas para marzo.

La Unión Europea enviará una delegación de observadores electorales, encabezada por la eurodiputada francesa Marie-Anne Isler-Beguin. De confirmarse la transparencia del proceso, sería un hito histórico: según Uld Seide, los niveles de represión bajo el régimen anterior eran comparables a los del Iraq de Sadam. Ahora, la Asociación Mauritana por los Derechos Humanos saluda las medidas aperturistas del gabinete de Uld Mohamed Vall: la amnistía de todos los presos políticos, la ampliación de la libertad de expresión y los esfuerzos de mejorar el respeto a los derechos humanos.

La llegada de la democracia puede convertir a Mauritania en un país clave para la estrategia africana de España, relanzada con vigor desde el inicio de la 'crisis de los cayucos'. Aparentemente, el principal motivo de este interés geoestratégico es el esfuerzo de contener la inmigración ilegal: la mayor parte de los cayucos que llegan a Canarias salen desde las playas mauritanas. La cooperación entre España y Nuakchot, plasmada en la llegada de cuatro buques, un helicóptero y dos decenas de guardias civiles para el entrenamiento de las fuerzas mauritanas, ha llevado a la expulsión de casi 10.000 inmigrantes interceptados en aguas mauritanas.

Un país de oportunidades

Si bien es habitual asociar el nombre del país africano a la imagen de un cayuco (aunque el peso total de la inmigración subsahariana es irrisorio comparado con el de la latinoamericana o la de Europa del Este), para el mundo empresarial, Mauritania pronto podría ser sinónimo de oportunidad de negocios.

En febrero pasado, Mauritania se convirtió en país productor de petróleo. Aunque los 75.000 barriles diarios, extraidos ante la costa de Nuakchot por la empresa australiana Woodside, son una cantidad menor, las reservas demostradas de mil millones de barriles sitúan a Mauritania en el puesto 42 a nivel mundial, por delante de Guinea Ecuatorial o Bahrain. En septiembre pasado, la compañía británica Dana Petroleum, que también explora los yacimientos mauritanos, anunció además el descubrimiento de gas natural. La cancelación de la deuda externa por parte del Banco Mundial, decidida este año, contribuye a revitalizar la economía, hasta el punto de que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) estima el crecimiento de la economía mauritana a lo largo de 2006 en un apabullante 27%.

Aparte de ser una futura fuente de oro negro, Mauritania suministra a España una enorme riqueza plateada: el potencial pesquero del país subsahariano se sitúa en unas 1.600.000 toneladas al año, y hoy las capturas son de 700.000 toneladas anuales. La Asociación Nacional de Buques Cefalopoderos (ANACEF) califica los caladeros mauritanos de "estratégicos" para España desde que se extinguió en 1999 el acuerdo con Marruecos. El año pasado, en una situación política poco clara, Mauritania había aplicado diversas multas a los barcos pesqueros españoles, que el gabinete de Vall ahora ha reconocido como ilegales y cuyo montante, por tanto, será devuelto.

Vall se entrevistó con el presidente Rodríguez Zapatero el pasado 1 de noviembre, en el marco de una visita oficial de dos días. La buena sintonía política da ánimos a los inversores españoles que ya tienen una posición privilegiada en el país: España es el tercer cliente de Mauritania en volumen de negocios y su cuarto proveedor. El comercio entre ambos países movió en 2005 más de 110 millones de euros, entre importaciones y exportaciones, y las previsiones son mucho más optimistas para este año. Ilusionado, el ministro de Infraestructura y Transportes anunció este mes la creación de un "Manhattan de Nuakchot": un centro económico y financiero de seis hectáreas de rascacielos en la capital.

Pero basta caminar por Nuakchot para dudar de que el desafío se haga realidad: la mayoría de las calles, incluso las más céntricas, carecen de asfalto y de acera. La construcción de la ciudad fue comenzada por Francia en 1958 y abandonada dos años después, inconclusa, al acceder el país a la independencia. Abundan los charcos de agua sucia y orina y las montañas de basura: el consumo crece a gran velocidad pero no existe un sistema eficaz de recogida de residuos ni hay papeleras. La mayoría de los barrios carecen de agua corriente.

Las sequías, que hacen morir a los rebaños y arruinan los escasos cultivos, empujan a muchos campesinos a la ciudad, donde crecen enormes cinturones de miseria. La única unidad hospitalaria para la malnutrición infantil severa que existe en Nuakchot acoge unos 20 niños al mes, la gran mayoría procedentes de la periferia urbana.

Rumores de nuevos golpes

Sobre las elecciones que podrían cambiarlo todo planea la sombra de un nuevo golpe de Estado. En junio fueron detenidos cinco presuntos golpistas, ligados al entorno del ex presidente Uld Taya, entre ellos el antiguo cónsul en Dakar. El plan, según las autoridades, era infiltrar a algunos mercenarios, principalmente tuaregs de la frontera de Malí, con la intención de crear una situación de confusión propicia para una asonada militar. Los cinco detenidos pertenecen a la tribu samasida y al entorno familiar de Uld Taya, que disfruta de un exilio dorado en Qatar.

Es improbable que el ex dictador pueda volver a hacerse con el poder: la satisfacción general de los mauritanos ante las medidas de liberalización del nuevo Gobierno ha servido para reducir el apoyo popular a Uld Taya a algunos grupúsculos del Ejército —ya purgado— y a miembros de sectores públicos perjudicados por el cambio de régimen. "Está acabado", señala el periodista Ibrahim N. "El cambio en Mauritania ha empezado y no hay vuelta atrás".