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ESPAÑA [Inmigración]
Nuevos vecinos, nuevas vecinas

anuska
murex
[Inédito]
01/2006 · ane letamendia /anuska soriano
ÍNDICE

 

1. Introducción

Las migraciones constituyen una herramienta imprescindible para las expectativas de vida de millones de personas. Se consideran un elemento fundamental del proceso de globalización y desarrollo, pero se trata también de uno de los principales problemas a los que se enfrentan nuestras sociedades occidentales como países de acogida. Consecuencia de la situación desigual del mundo en el que vivimos, las migraciones son una de las principales cuestiones del momento en el logro de los ocho objetivos de Desarrollo del Milenio, según señala el secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan.

Tras la inversión extranjera directa, las remesas de los inmigrantes constituyen el segundo flujo financiero más importante del Norte hacia los países en vías de desarrollo. Representan más del doble de la Ayuda oficial para el Desarrollo (AOD) y refuerzan al mismo tiempo los vínculos comerciales entre países del Norte y el Sur. En un mundo globalizado, con sistemas mundiales de comunicación, compañías transnacionales y mestizaje cultural, las barreras entre países se difuminan al mismo tiempo que se levantan muros para dividir Norte y Sur. Las vallas de Ceuta y Melilla representan un triste ejemplo de la realidad de este fenómeno.

2. Un poco de historia

El fenómeno migratorio no es reciente. Los excedentes de población, la falta de recursos, las guerras y los desastres naturales han provocado el desplazamiento de millones de personas desde la época antigua hasta nuestros días. En una Europa estabilizada tras sufrir dos guerras mundiales, millones de personas emigraron como consecuencia de la descolonización de África, por razones de reagrupación familiar o en búsqueda de asilo y refugio.

España se va transformando poco a poco en un país de acogida gracias al desarrollo económico vivido entre 1960 y 1975, aunque no será hasta más tarde cuando podemos empezar a considerar el fenómeno consolidado. El acercamiento paulatino entre los países miembro de la Unión Europea (UE) tiene como consecuencia la reforma de las distintas leyes de extranjería y la colaboración interestatal, concretamente a través del Tratado Europeo de Maastricht, que impulsa la cohesión interna de los países que constituyen la Unión. Se acuerdan medidas que dificulten la entrada de personas extranjeras procedentes de países no comunitarios a sus territorios.

3. ¿Quiénes son nuestros nuevos vecinos?

Según los últimos datos ofrecidos por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales (MTAS), actualmente se encuentran regularizadas en España más de dos millones y medio de personas extranjeras. Cataluña y la Comunidad de Madrid son los destinos favoritos de los inmigrantes de diversas nacionalidades entre las que, en cifras del Instituto Nacional de Estadística, destacan a quienes proceden de Ecuador (15,68%), Marruecos (13,86%) y Colombia (8,20%). La media de edad de nuestros nuevos vecinos se coloca en los 34 años, de forma que podemos asegurar que se trata de una población plenamente activa en el mercado laboral (un 78,2% según UGT trabajan de forma continuada). Algo menos de la mitad son mujeres.

España vive un cambio de estatus de país emisor a receptor de inmigrantes. Desde hace más de una década se va convirtiendo en un espacio atractivo en esta materia, al representar la frontera sur de Europa. De hecho, muchas de las personas que penetran de forma legal o ilegal en España, no pretenden alargar su estancia demasiado tiempo, sino que tienen la intención de viajar a países como Alemania o Gran Bretaña, que aunque más restrictivos en sus políticas de extranjería, poseen una capacidad y voluntad de remuneración laboral más alta que España.

Hace ya varios años que los analistas empiezan a darse cuenta de que el aumento de la población de origen extranjero evitaría serios problemas de la curva de la población. El mayor es el índice de natalidad español, que se encuentra entre los más bajos del mundo. Ahora nos encontramos frente a segundas generaciones que se educan en una sociedad y cultura diferentes.

4. ¿A qué se dedican?

Los datos de que dispone la organización OneWorld destacan que España es el país de la Unión Europea con mayor número de trabajadores en la economía sumergida o economía informal. Las actividades representan los mismos sectores laborales en los que tiene cabida un mayor volumen de inmigrantes: construcción, hostelería, agricultura y servicio doméstico.

El gobierno ha puesto su máximo empeño en prevenir actividades de dudosa legalidad relativas al mundo del trabajo. La última regularización de inmigrantes de 2004 contemplaba la obligatoriedad de presencia física del empresario ante el MTAS, solicitando el permiso de trabajo para su futuro asalariado, para constatar que efectivamente, la oferta de trabajo era real.

Este hecho supone ventajas legales, por cuanto supone mayor protección de los trabajadores inmigrantes, pero también problemas, puesto que en numerosas ocasiones, sobre todo en el caso de Empresas de Trabajo Temporal, los responsables no han acudido al Ministerio por ahorrarse el papeleo.

La cualificación de los trabajadores inmigrantes es en muchas ocasiones superior a la media de sus países de origen, pero la convalidación de títulos académicos universitarios tiende a ser mínima. Es por eso que muchos licenciados se ven obligados a realizar trabajos no cualificados. Un estudio presentado recientemente por la Consejería de Inmigración, reconoce que el 29% de los inmigrantes siente que su trabajo es inferior a su formación académica (su salario medio en la Comunidad de Madrid es de 783€, de los cuales el 26% (203€) se envían a sus países de origen para ayudar al sustento familiar). El sector servicios es sin duda el más numeroso en trabajadores procedentes de otros países.

En cuanto al número de extranjeros que gozan en la actualidad de una tarjeta de residencia, el Ministerio de Trabajo facilita cifras por provincias (véase el mapa a la derecha).

inmigrantes

5. Por qué vienen

El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) señala seis razones principales que motivan las migraciones internacionales:
  • La búsqueda de una vida mejor para uno mismo y sus familiares.
  • Las disparidades de ingreso entre distintas regiones y dentro de una misma región.
  • Las políticas laborales y migratorias de los países de origen y de destino.
  • Los conflictos políticos.
  • La degradación del medio ambiente.
  • El "éxodo" de profesionales, o la migración de la juventud formada y profesionalizada de países en desarrollo a países del Norte.

Los tres países que más inmigrantes generan a España son Ecuador, Colombia y Marruecos, que ocupan respectivamente los puestos 82, 69 y 124 del Índice de Desarrollo Humano (IDH) del PNUD; España se halla en el puesto 21. Cada uno de estos casos es sin duda diferente de los otros, y la situación de cada país en un contexto histórico económico, político y social determinado serán razón suficiente para que muchas personas abandonen sus hogares y se instalen en otro país.

En Colombia, la situación de violencia e inseguridad vivida en algunas áreas obliga a muchas personas a desplazar su hogar tanto dentro de su país (actualmente, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), cifra en 3.400.000 el número de desplazamientos internos en ese país). Ecuador vive un proceso de divorcio constante entre sociedad y política. Las acciones públicas para erradicar la pobreza son nulas y la exclusión social hace su aparición en un contexto que favorece la mano de obra barata y en general, el abuso por parte de los empresarios. Las familias ecuatorianas ven en España una oportunidad sin precedentes para vivir un proceso de realización personal y profesional, aunque en este último caso se las asocie con trabajos no cualificados.

Marruecos está mucho más cerca que Colombia o Ecuador, sin embargo desconocemos más a sus habitantes que en los otros dos casos. La razón por la que miles de marroquíes desean encontrar un trabajo en España, es básicamente, de carácter económico. En Marruecos se ve la televisión española, y la sociedad de consumo que se manifiesta en la pantalla llama a los jóvenes a probar suertey alejarse de la pobreza que convierte a su país en uno de los que el PNUD engloba en "desarrollo humano medio".

6. Vías de entrada

La Ley de Extranjería y su reglamento contemplan varias vías de entrada legales para ciudadanos extranjeros:

  • Visado de turista: Es la vía más común de entrada para inmigrantes que deseen quedarse en España, aunque por lo general, la estancia no puede ser superior a 3 meses. Los ciudadanos de países que no necesiten visado deben mostrar una carta de invitación y el billete de vuelta, o acreditar la contratación de una ruta turística. En el caso de ciudadanos procedentes de países que sí lo necesiten, se puede tramitar éste a través del Ministerio de Asuntos Exteriores.
  • Visado de trabajo: Es una vía poco común de entrada por la dificultad que presenta reunir uno de sus requisitos: la acreditación del MTAS español de una oferta de trabajo tramitada desde el país de origen. La mayoría de los inmigrantes no consigue llevar a cabo este trámite, bastante complicado en términos burocráticos.
  • Visado de residencia: En este caso el inmigrante debe acreditar la posibilidad de mantenerse económicamente sin necesidad de trabajar. También debe disponer de un seguro médico.
  • Permiso de estudios: Los solicitantes deberán acreditar un nivel suficiente de ingresos para su vida en España, la admisión en el centro correspondiente y un seguro médico. En este caso, está permitido trabajar durante media jornada como máximo.
  • Reagrupación familiar: Es un derecho reconocido a los inmigrantes legalmente residentes y a los refugiados, aunque también se trata de un proceso largo que puede llegar a durar hasta cuatro años si hay complicaciones burocráticas. Pero las entradas irregulares a España, dada su localización geográfica cercana al norte de África, son muy frecuentes. Observamos algunos casos específicos:

6.1 El Estrecho de Gibraltar, una puerta hacia Europa

Algeciras, situada a 24 kilómetros de la costa africana, es una vía de entrada posible para pateras, embarcaciones neumáticas, polizones... El punto de partida para entender el fenómeno de las pateras es el Tratado de Schengen firmado en 1992, a partir del cual se exige un visado a los ciudadanos de 110 países (los más empobrecidos), entre ellos todos los africanos. Esto implica romper un acuerdo bilateral entre España y Marruecos de no-exigencia de visado que venía regulando su relación. A partir de ese momento ha ido aumentando el número de pateras, la proliferación de las mafias, la subida del precio del pasaje en patera, el endurecimiento de los controles de la Guardia Civil y demás cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado para combatir el fenómeno, los acuerdos bilaterales entre Marruecos y España así como las iniciativas ciudadanas y de ONG para hacer frente a una situación cada vez más compleja.

Recientemente se han publicado datos en el Secretaria Estatal de Inmigración y Emigración que señalan que el número de inmigrantes llegados en embarcaciones desciende en un 37% respecto al período del año pasado (entre enero y septiembre). El número de pateras incautadas al otro lado del estrecho, sin embargo, ha aumentado: Melilla ha pasado de 1 embarcación incautada en el 2004 a 16 en el mismo periodo de este año.

6.2 Las vallas de Ceuta y Melilla

Las vallas de Ceuta fueron levantadas entre 1999 y 2000, gracias al Fondo Europeo para el Desarrollo Regional. Se trata de un proyecto que parte de la aplicación de los acuerdos del Tratado de Schengen sobre la impermeabilización de la frontera africana a mediados de los noventa. El objetivo: tratar de impedir el paso de inmigrantes al territorio español-europeo y garantizar la seguridad de los españoles.

Para garantizar esta seguridad, la década pasada vivió un proceso intenso de lucha contra la inmigración irregular, incrementando las expulsiones con o sin expediente previo, denegando el derecho de asilo y desmantelando los campamentos de inmigrantes en Ceuta y Melilla con la consecuente creación del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes de Ceuta (CETI). Prueba de esa voluntad política es la Ley de Extranjería de 2000. Pero con el reciente acuerdo bilateral entre España y Marruecos para controlar las fronteras, los medios utilizados por las fuerzas militares marroquíes y apoyadas económicamente por las españolas, así como la peligrosidad de la valla, están provocando situaciones de violencia y muertes entre aquellos que a pesar de todo tratan de saltar esa valla.

Si tenemos en cuenta los últimos incidentes ocurridos en las vallas, no debe sorprendernos que, según el diario Melilla Hoy, diez mil subsaharianos se encuentren en territorio marroquí con la intención de pasar a España. Las autoridades marroquíes afirman que desde octubre cerca de cinco mil subsaharianos han sido repatriados a sus países de origen, pero reconocen que la entrada desde Argelia es continua. En la frontera argelino-marroquí en torno a 2.000 personas esperan a poder entrar.

No nos sorprende si tenemos en cuenta la situación desesperada que viven estas personas, que no tienen nada que perder por intentarlo. Entre ellos hay muchos refugiados que han intentado hacerse oír pidiendo protección al Estado español y lejos de ser escuchados han sido repatriados, junto al resto de personas, y abandonados a su suerte en el desierto de Argelia. Mientras tanto Europa entrega 40.000 millones de euros a Marruecos para que endurezca sus campañas policiales frente a la inmigración irregular y España aprovecha el acuerdo firmado con el país vecino en 1992 para devolver a su territorio a los inmigrantes subsaharianos que atraviesen la frontera ilegalmente.

7. Efectos en los países de origen

Uno de los principales obstáculos con que se encuentra la cooperación internacional gestionada desde España es la pérdida de mano de obra cualificada; son en gran parte las personas con carrera o con experiencia profesional quienes, rodeadas de un panorama nacional desolador para sus aspiraciones, deciden emigrar para probar mejor suerte en un país europeo. Privan así a su sociedad de origen de expertos cualificados que favorezcan el desarrollo. Desde España se promueven numerosos proyectos en el terreno para profundizar en la formación, tanto de nuevas generaciones, como de adultos y adultas, a través de iniciativas de capacitación laboral.

Por otro lado, nuestra inmigración se caracteriza en muchos casos por la desestructuración familiar, consecuencia lógica de que tan sólo uno o dos miembros de la familia consigan ahorrar dinero y venir a España a buscar trabajo. Gran parte del dinero que gana un inmigrante en España retorna a su país de origen en forma de remesas regulares, un factor fundamental para mantener a los familiares que permanecen allí. Según el Banco Mundial, durante el año 2004, las remesas de los inmigrantes a nivel mundial superaron la Ayuda al Desarrollo aportado por todos los países ricos juntos. El dato sorprende, sobre todo teniendo en cuenta que, según este organismo, existen actualmente 200 millones de personas que viven fuera de sus países.

A escala mundial, el total de remesas oficialmente registradas superó los 232.000 millones de dólares (casi 200.000 millones de euros). De ese total, los países en vías de desarrollo recibieron 167.000$ (casi 150.000€), suma que supera en más de un 100% el nivel de asistencia para el desarrollo de todas las fuentes. Las remesas enviadas por canales informales podrían incrementar en no menos del 50%, lo que haría de esta cantidad la mayor fuente de capital externo para muchos países en desarrollo. Sin embargo, la utilización de las remesasen los países que las reciben, por lo general no tienen como fin el desarrollo económico sino el simple sustento familiar.

8. Políticas migratorias europeas

El informe 2005 de la asociación SOS Racismo denuncia que el marco legislativo europeo refuerza la restricción de flujos migratorios. El Tratado Constitucional recoge las políticas migratorias en el apartado de Seguridad. Así, la cuestión de la inmigración queda fuera del apartado de Derechos Fundamentales. El modelo constitucional europeo trata de solucionar la tensión propiciada por los flujos migratorios incontrolados llevando hacia el exterior de la UE un servicio como los centros de internamiento para extranjeros.

Estas instituciones acabarán ubicándose en países limítrofes con la Unión Europea, como Libia. En este caso, SOS Racismo, junto a otras nueve ONG, ha emprendido a través de la Comisión Europea acciones legales contra Italia. Este país expulsó a más de un millar de inmigrantes tras arribar a las costas de la isla de Lampedusa. E.J. Gómez Ciriano, especialista en inmigración y miembro del equipo Interculturalia, describe la política migratoria europea aportando las siguientes características, entre otras:

  • Iniciativas para regular los flujos migratorios (barreras legales).
  • Escasos o inexistentes mecanismos de integración social y convivencia cultural.
  • Falta de previsión a largo plazo y falta de perspectiva en conjunto.
  • Rigidez y defensiva hacia la inmigración (también en materia de asilo y refugio).

Asimismo, son cuatro los ejes sobre los que legisla esta materia la Unión Europea:

  • La situación de los inmigrantes irregulares: el Tratado de Ámsterdam les despoja del acceso a los recursos públicos (sólo para casos de emergencia social o beneficencia).
  • Reagrupación familiar: Condición esencial para la integración y la estabilidad sociocultural. Se imponen requisitos estrictos como haber permanecido de forma regular al menos 1 año (España) o incluso al menos 5 (Grecia). También se exige que la persona que la solicite reciba ingresos suficientes para alimentar a los miembros de su familia, así como una vivienda lo suficientemente espaciosa para todos.
  • Acceso al mercado de trabajo: los obstáculos planteados son varios: tasa de desempleo en los países receptores, existencia de nichos laborales (resulta muy difícil acceder a otro trabajo en otro sector laboral) o la dificultad añadida que impone toda Ley de Extranjería en la incorporación al mercado.
  • Participación social y política: La nueva "Constitución" europea (pendiente de ratificación en la mayoría de Estados miembros), discrimina la implicación social de los nacionales de terceros países.

De hecho, si consideramos estrictamente el texto, se deduce la idea de que las personas que tramitan sus permisos de residencia, o incluso quienes ya la tienen, no son ciudadanos, y de tal forma, están exentos de participar en la vida pública. No obstante, algunos países de la Unión como Suecia o Bélgica han reconocido el derecho a voto de los inmigrantes que hayan residido previamente, de forma legal, en su país durante un determinado número de años; mientras que otros como Francia, Alemania o Grecia sólo contemplan el acceso al voto una vez obtenida la nacionalidad.

9. Modelos de integración

Las sociedades europeas cuentan con varias opciones a la hora de plantear políticas de integración para la población inmigrante: asimilación, fusión, pluralismo cultural, multiculturalidad, interculturalidad… Hoy podemos distinguir cuatro modelos(1):

  • Asimilación (modelo francés): Los inmigrantes se consideran, téoricamente, miembros de la sociedad de acogida. Las manifestaciones culturales y religiosas quedan relegadas a la esfera privada.
  • Multiculturalidad (modelo inglés): Los inmigrantes se agrupan en minorías bien organizadas. La integración debe hacerse progresivamente desde la conexión social entre los dirigentes de estos colectivos y la población británica.
  • Multiculturalidad temporal (modelo alemán): El inmigrante es útil al sistema en cuanto que dure su contrato de trabajo, pero no se considera deseable una estancia a largo plazo ni su integración en la sociedad.
  • Asimilación condicionada (modelo español): En España, más cerca del modelo francés, no existe un esquema de integración propiamente dicho. Se observa cierta voluntad de integrar a los inmigrantes en una sociedad mestiza, aunque con reservas.

Muchos han sido los intentos de implicar a los nuevos ciudadanos en la toma de decisiones políticas. La mayor parte de estas iniciativas, por no decir casi todas, han tenido su germen en la sociedad civil, a través de un apoyo manifiesto a los nuevos vecinos extranjeros. Sin embargo, en España queda aún mucho camino que recorrer; algunos países europeos han reconocido el derecho de voto a la población inmigrante, al menos en las elecciones municipales, lo que supone un reconocimiento lógico y a la vez quimérico de su ciudadanía y sus derechos sociales y políticos.

Casos concretos: Francia y Alemania

En el caso francés, la brecha surgida entre los ciudadanos autóctonos y los ciudadanos franceses de segunda y tercera generación de inmigrantes es consecuencia de la desigualdad en el terreno educativo y laboral que existe entre la clase media y las clases más bajas. Las identidades magrebí y argelina, focalizadas en un creciente interés por una interpretación radical de la religión islámica, constituyen para estos jóvenes un cobijo ante la imposibilidad de ser considerados como ciudadanos iguales al resto.

Una vez generada esta brecha, el desprecio entre determinados autóctonos hacia los "nuevos franceses" y la de éstos a la cultura occidental es recíproco y crea un caldo de cultivo muy propicio para que los imanes radicales capten adeptos. Las autoridades francesas consideran de manera creciente –y desproporcionada– a los dirigentes religiosos representantes de la comunidad magrebí del país, lo que puede acrecentar distancias en vez de salvarlas.

El caso de Alemania es diferente porque la legislación no concede la nacionalidad a los inmigrantes, ni a los recién llegados ni a las generaciones nacidas en territorio germano. Hablamos de uno de los países europeos con mayor número de inmigrantes, principalmente turcos. El modelo de integración alemán tiende al gueto, a pesar de que son muchos los turcos nacidos y escolarizados que viven la cultura alemana como propia. Aún así, la radicalización religiosa de su propio colectivo es un obstáculo para la integración social, ya que la propia comunidad ejerce un control y una presión muchas veces incluso mayor que en Turquía, especialmente en lo que se refiere a la libertad de la mujer.

Integración de los inmigrantes en España

El fenómeno de la inmigración en España es relativamente nuevo. Sin embargo comparte dos características con el resto de países europeos: por una parte, el surgimiento de guetos, especialmente en el ámbito escolar y por otra, el fenómeno de la islamofobia. Este segundo factor está relacionado con los últimos acontecimientos de la actualidad internacional. Algunos rasgos destacados son:

Guetos escolares
Es evidente que el tejido social que encontramos en un colegio público y otro privado resulta radicalmente distinto. Las diferencias se mitigan en el caso de los colegios concertados. Esta realidad empieza a generar problemas de guetos y desigualdad de oportunidades según advierte el último informe anual del Observatorio Europeo del Racismo y la Xenofobia (EUMC), presentado en la sede del Parlamento Europeo. Los colegios privados reúnen un alumnado casi exclusivamente español. Los casos en Madrid y Barcelona son los más llamativos, porque es en las grandes urbes donde se encuentra una mayor densidad de inmigrantes. Madrid concentra al 25% de los estudiantes inmigrantes de toda España. Durante el curso 2005/2006 son 93.386, unos 60.000 más que en el año 2000, según la organización Aula Intercultural, de FETE-UGT.

Algunos centros públicos superan la proporción del 70 y hasta 80% de alumnado de origen inmigrante. Jacinto Uceda es el director del Instituto de Educación Secundaria Jaime Vera del distrito de Tetuán, en Madrid, donde el 71% de sus estudiantes es extranjero: "Los inmigrantes no son un problema si se dota a los centros de medios. De hecho, son alumnos más disupestos y participativos. Pero llegan con niveles educativos diferentes y hay que reforzar las clases. Sin medios, nosotros apenas podemos actuar”.

La pregunta que surge es si a raíz de la nueva Ley educativa propuesta por el Partido Socialista, y radicalmente atacada por sectores conservadores y religiosos, y que pretende lograr una distribución más equitativa de alumnos de origen inmigrante entre centros públicos y concertados, se podrá salvar las diferencias de esta tendencia segregacionista entre el alumnado español e inmigrante que proponían otras propuestas educativas anteriores. Posiblemente, las diferencias económicas y religiosas impedirán que los padres y madres envíen a sus hijos a colegios concertados, debido a los gastos añadidos que estos centros suponen y debido también al carácter marcadamente católico que chocaría en ocasiones con otras creencias religiosas.

En cuanto a los menores no acompañados, la organización PRODENI afirma que este fenómeno se le escapa de las manos a las instituciones públicas. Comunidades como Andalucía o Canarias se encuentran desbordadas ante la llegada en pateras de estos niños y niñas, a los que, como solución temporal, se les interna en centros para su posterior repatriación. Pero no todos permanecen en esos centros y la Administración tampoco hace mucho al respecto, puesto que la dotación presupuestaria para convenios con Ceuta y Melilla para centros de menores extranjeros se mantiene en la misma cuantía en el año 2004, a pesar de haberse incrementado el número de plazas(2).

Un informe financiado por la Obra Social de Caja Madrid denuncia que al menos 1.000 menores extranjeros no acompañados viven en las calles de la capital en una situación muy precaria. La media de edad se sitúa en los 17 años, y la mayoría procede de Marruecos; su nivel educativo es muy bajo.

• Guetos en la comunidad islámica
¿Es la radicalización de los ciudadanos magrabíes de segunda generación un fenómeno espontáneo? No. Este proceso, que también se da en otros países europeos con población islámica, ha de contextualizarse en una situación complicada para las personas con orígenes culturales distintos a los valores occidentales. La desigualdad de oportunidades en el terreno laboral y educativo frente a los ciudadanos “nativos”, el fenómeno del terrorismo internacional ligado a los sectores radicales y violentos del Islam y la mala imagen del mundo árabe que estos generan, suponen para esta comunidad serios problemas a la hora de conseguir una integración total en la sociedad en la que viven.

Esta situación afecta directamente a la totalidad de la comunidad musulmana, mayoritariamente marroquí en nuestro país (en Ceuta y Melilla alcanzan más de un 40% de la población). Como recuerda Mohamed Alami, presidente de la Asociación de Amigos de Pueblo Marroquí, esta comunidad empezó a llegar a España en los años 60, integrándose perfectamente en una población que les acogió respetando sus costumbres y sus diferentes actitudes políticas y religiosas. Esta asociación denuncia ahora la entrada de falsos imanes que perjudican a la comunidad propiciando un aumento de la delincuencia y la segregación y piden a las autoridades y a la administración que actúen contra este fenómeno.

Ha de señalarse que las mezquitas radicales y los imanes que promueven la violencia a través de sus discursos, son una minoría y los fondos para erigir y mantener estos centros religiosos a menudo no provienen de la propia comunidad inmigrante, sino de donantes oriundos de Arabia o incluso directamente de la familia real saudí.

El éxito de los modelos de integración está estrechamente ligado a las políticas sociales que se diseñen a favor de una integración real de estos colectivos. El actual reglamento de extranjería reconoce en su introducción que la admisión de nuevos inmigrantes en nuestro país está fundamentalmente basada en la necesidad de cobertura de puestos de trabajo. Debido al alto número de extranjeros en situación irregular, la actual política de inmigración se centra en la normalización de la situación legal de estas personas, y no en la admisión de nuevos inmigrantes.

• Derechos laborales
La reciente regularización fortalece derechos para los trabajadores, al tiempo la lucha contra la inmigración clandestina y la persecución de la Economía sumergida (que en el caso de la Economía española representa un 20%). Esta situación afecta especialmente al colectivo inmigrante y particularmente a la mujer, más expuesta al abuso y a la discriminación por trabajar en sectores que no suelen estar regulados, como el empleo domestico. Según fuentes consultadas del MTAS, existen muchas lagunas legales al respecto, sobre todo en lo que se refiere a los despidos. Además, ha faltado previsión ante ciertos problemas sobrevenidos y se estima que ha sido un error el no haber contado con asociaciones de inmigrantes en mayor medida para el seguimiento del Reglamento de Extranjería aprobado el año pasado.

Presupuesto
Un capítulo fundamental es el presupuesto destinado a políticas de integración social. En mayo de 2005, el gobierno aprobó 120 millones de euros para el Fondo de Integración de Inmigrantes. Esta suma se reparte entre las Comunidades Autónomas, atendiendo a la presión migratoria desigual entre provincias, y será destinada a incrementar los programas de acogida e integración y de esfuerzo educativo.

La inversiones de la Dirección General de Integración de los Inmigrantes (el antiguo IMSERSO) a Cruz Roja, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) y ACCEM se mantienen en la misma cuantía que el 2004, crece sin embargo en un 200%, las ayudas a corporaciones locales para actuaciones a favor de los inmigrantes, pero sin especificar nada más.

Análisis
El estudio de los niveles de integración de las redes sociales de los inmigrantes extranjeros en España, realizado por el Observatorio Permanente de la Inmigración en el año 2004, muestra la tendencia de los distintos colectivos a mezclarse, principalmente entre su propia comunidad. Este informe califica la inmigración española como "familiar", producida en cadena por familiares y amigos, compatriotas residentes ya en España, como muestran los datos extraídos: el 65% de los chinos, el 51,8% de los ecuatorianos, el 59% de los marroquíes, el 44% de los rumanos y el 22% de los senegaleses enviaron dinero e información a sus países referente a la llegada a España.

Estas redes de relación serán básicas en la integración del inmigrante en la sociedad española, pues en una alta proporción la vivienda y el trabajo se consiguen a través de compatriotas, porque su trato con instituciones, ONG y ciudadanía en general es inferior, al menos en un primer momento.

Racismo y medios de comunicación
Desde hace años, la relación entre inmigración y delincuencia encuentra cobijo en los medios de comunicación españoles. Algunas portadas, editoriales, artículos de opinión o entrevistas realizadas en la prensa escrita, tanto como en la televisión o radio, alimentan a menudo la imagen de inmigrante como invasor y trasgresor de normas de convivencia.

El orden en que se presenten las noticias en el sumario, el cómo se coloca un foco o el fondo para realizar una entrevista condicionan las ideas del receptor de información. La inmigración interesa al ciudadano medio, pero lo que conoce de ella lamentablemente no se reduce a experiencias personales sino también al flujo informativo que le llega desde los medios.

Hoy, palabras como “mafia”, “robo” o incluso “violencia doméstica” nos parecen más graves si se asocian con inmigrantes, hecho que de ser cierto, alimenta en ocasiones la prensa generando estereotipos muy complicados de desmontar. La opinión pública es generada por los mass media y es en ese punto donde debemos empezar a actuar, haciendo oír la voz de muchos inmigrantes y refugiados que nada tienen que ver con el mundo de la delincuencia.

10. Iniciativas sociales por la integración

Rabah Allai es marroquí y vive en un pueblo cercano a Toledo. Además de ser miembro de la organización Amistad–Al Sadaka, es vicepresidente de la Coordinadora de Organizaciones de Inmigrantes de Castilla-La Mancha, que reúne a 60 entidades activas. Lo cierto es que el asociacionismo real y operativo es una de las metas a alcanzar y una herramienta muy considerable al hablar de integración. Allai cree que en ese sentido aún hay mucho por hacer: "Somos parte de este pueblo, ciudadanos como cualquiera. Hay que tomar decisiones ahora mismo". En Francia ha sucedido lo que ha sucedido porque no se ha tomado en consideración lo que los inmigrantes necesitaban, sino que las políticas del gobierno han sido radicalmente contrarias a esas necesidades. La gente estaba muy cansada y el conflicto social estalló, cree Allai.

Para evitar algo parecido, ella propone que se implique a los nuevos vecinos, sin duda ciudadanos (al menos materialmente por el momento) en la toma de decisiones que también les afecten como parte de un todo.

Sebastián Ortiz es miembro del Instituto Universitario de Desarrollo y Cooperación (IUDC). Este joven colombiano afincado en Madrid reconoce que ha tenido suerte, aunque ha atravesado épocas muy difíciles. Después de investigar el fenómeno migratorio en nuestro país y específicamente la inmigración actual, opina que un factor esencial para la integración de las personas procedentes de otro país es su consideración como ciudadanos. La nueva ciudadanía debe tener los mismos derechos, ya que posee los mismos deberes que la población autóctona. En cuanto a su incorporación al mercado de trabajo, Ortiz señala que toda la problemática desarrollada tanto en cuestión de inseguridad laboral como de salarios bajos o incluso prejuicios por parte de los españoles son fruto indiscutible de un problema que ya existía antes en España y que es estructural. Es necesario mejorar las prestaciones sociales a través del gasto público para que todo el mundo se beneficie de ellas.

Otro elemento clave es sensibilizar a la población en su conjunto, lo que requiere cierto compromiso por parte de los medios de comunicación en cuanto a que se represente de forma real al colectivo inmigrante, y no necesariamente asociado a ilegalidad y delincuencia. Por último, Ortiz señala que las diversas nacionalidades que conviven en España como inmigrantes no se relacionan lo suficiente, aunque siempre hay cierta empatía por lo que les toca a todos (laberintos idiomáticos, legales, laborales,...). Incluso señala casos de racismo y xenofobia entre personas inmigrantes de diferentes nacionalidades, aunque también apunta al caso del madrileño barrio de Lavapiés como encuentro; allí conviven y trabajan codo con codo grupos étnicos que de estar en sus países serían enemigos mortales.

"La asociaciones de inmigrantes y su relación, no sólo con las Administraciones Públicas, sino con la sociedad civil, pueden llegar a convertirse en el punto de partida de un comienzo por la integración".

11. Fuentes

Ministerio del Interior
Andalucía Acoge
Guardia Civil de Algeciras
Secretaría de Estado de Inmigración y Emigración
Imserso
CC OO

Manuel Lluisa, Pensamiento crítico e Iniciativa Ciudadana de La Caravana

Notas

1. Revista Animació. Nº17. Nous reptes en el treball amb jóvens: animació i educació per la pau. Primer semestre 2004.

2. Cuadernos de información Sindica. Los planes de las Comunidades Autónomas para la integración social de las personas inmigrantes. Fundación 1º de Mayo y CCOO. 2004.


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