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PETRE ROMAN, ex primer ministro de Rumanía:
"Aún hay corrupción a todos los niveles" |
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[Publicada en:La Clave Nº 265 · España · 12 Mayo 2006] |
madrid, 05/2006 · ilya u. topper |
El ex primer ministro de Rumanía observa con orgullo los pasos de Rumanía hacia el ingreso en la Unión Europea, proceso cuyo calendario él ayudó a fijar, pero critica los aún graves defectos de su país. |
HABLA CASTELLANO a la perfección: Petre Roman (Bucarest, 1946), es un exponente de la Rumanía culta que tiene la vista puesta en Europa y espera con ilusión el próximo ingreso en la Unión Europea. Ingeniero de formación, fue miembro fundador del Frente de Salvación Nacional, la agrupación política que asumió el gobierno de Rumanía tras la caída del dictador Nicolae Ceausescu en 1989. Forma parte del Club de Madrid, que reúne a 68 ex jefes de Estado dispuestos a fomentar la democracia en el mundo. Políglota y decidido europeísta de centroizquierda, Roman ocupó de 1999 a 2000 el cargo de ministro de Exteriores; y como tal fijó el calendario del ingreso de Rumanía en la Unión Europea, un proceso que observa ahora sin disimular su orgullo por los avances conseguidos, aun cuando critica —siempre con prudencia— la actuación de sus oponentes políticos, actualmente en el poder. Parece ajeno al rencor: está dispuesto a rehacer su alianza con Ion Iliescu, el presidente que lo nombró primer ministro y que le forzó a dimitir —según creen algunos— a través de una revuelta minera en 1991. |
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Roman [© Guillermo Navarro/La Clave] |
Más tajante se muestra con Traian Basescu, actual presidente del país que en 2001 le relevó en la dirección del Partido Demócrata e imprimió un giro hacia el centroderecha a la formación creada por Roman en 1992. Pero el veterano político no se da por vencido: en 2003 puso en pie Fuerza Demócrata, actualmente sin representación parlamentaria, pero decidida a aglutinar la izquierda "a la manera de La Unión de Prodi en Italia". Iliescu, ahora miembro del Partido Socialdemócrata (PSD), el más votado del país, aunque relegado a la oposición, sería de nuevo un aliado clave... aunque la dirección de PSD se opone al pacto. ¿Está optimista respecto a la adhesión? |
Se cree que en Rumanía existen centros de detención secretos de la CIA. Esto no es verdad. Si fuera así, se habría producido durante el gobierno anterior, bajo el presidente Ion Iliescu, y éste lo negó firmemente. Completamente imposible. Sí había vuelos, parece, pero no campos. ¿Debería Rumanía retirar sus tropas de Iraq, como ya han hecho otros países? No, porque se trata de un compromiso a base de un partenariado estratégico intensificado entre Rumanía y Estados Unidos. Pero sí creo que la situación en Iraq impone un cambio importante, si no fundamental, de estrategia. ¿Se presentará a las elecciones en 2008? Estamos preparándonos. Estamos constituyendo el Polo Social. Es una iniciativa mía que fue también aprobada por varios partidos más pequeños, por el ex presidente Iliescu, por muchos sindicatos. Es una iniciativa para unir a la izquierda, un tipo de solución política como el de La Unión de Italia, como alternativa a la derecha, que se está deshaciendo cada día. Visto que los problemas sociales en Rumania son muy graves, como el tema de las pensiones, de la salud o de los profesores, estoy convencido de que el Polo Social tendrá grandes oportunidades en las futuras elecciones. |
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Roman [© Guillermo Navarro/La Clave] |
Usted se separó de Iliescu en los años noventa. ¿Vuelve a aliarse con él? Nos separaron cosas importantes desde el punto de vista de los principios. No fue una guerra o una lucha de palabras; fue una cosa de principios. Pero eso fue en el siglo pasado. Lo que nos separó queda, pero es menos importante lo que queremos hacer, hoy, juntos. Dicen que la 'mineriada', la toma de Bucarest por los mineros en 1991, que provocó su dimisión, fue incitada por Iliescu. Incitada, no. Pero finalmente el golpe, que fue un golpe de estado, un golpe de fuerza, se desarrolló con la actidud no muy firme del presidente. Creo que él también lo sabe perfectamente. Ahora, el presidente Traian Basescu ha declarado que ha perdido la confianza en su primer ministro Calin-Popescu Tariceanu. ¿Estamos ante otra crisis de gobierno? No está claro por qué Basescu hizo esta declaración. Constitucionalmente, el presidente no puede destituir al primer ministro. No tenemos un régimen autoritario. El presidente tiene que callarse en este sentido porque la Constitución está muy clara: el primer ministro se va cuando pierde la confianza del Parlamento. Por ahora, no hay esta situación y el primer ministro continúa normalmente su trabajo. Basescu criticó la relación de Tariceanu con el industrial Dinu Patriciu. Tampoco esto tiene sentido. Este señor, presidente de una compañía de refinamiento de petróleo, está bajo investigación judicial. Los fiscales tendrán que decidir si le van a demandar en el juzgado. Yo no soy del campo del primer ministro, soy de la oposición, pero no podemos acusar al primer ministro simplemente porque en algún tiempo fue amigo de este señor. ¿Qué le motivó a abandonar el Partido Demócrata y fundar Fuerza Demócrata? El Partido Demócrata que yo fundé en el año 1992 era un partido socialdemócrata reformista, muy moderno: era el primer partido rumano que ingresó en la Internacional Socialista y el partido de los socialistas europeos. Lo que a mí me apartó del Partido Demócrata fue la actitud muy autoritaria de Basescu y el hecho de que hayan decidido irse completamente a la derecha, cambiar de camisa, pasando de un partido socialdemócrata a un partido de la derecha. Yo no tengo nada que ver con esto. Y la mejor gente que tenía el Partido Demócrata ya no está en él. Ahora esta formación ingresará en el Partido Popular Europeo. Sí. Cambió totalmente. Es incomprensible. La tercera fuerza del Parlamento, el Partido de la Gran Rumanía, es de extrema derecha. Sí sí. Esto fue más preocupante en el año 2000, pero mucho menos ahora. Yo diría que es un partido liderado por populistas. Es una tendencia que existe en Rumanía, pero también en otros países. Es una tendencia muy preocupante: juegan siempre con la imagen y las palabras fáciles y en realidad no construyen nada; no proponen soluciones coherentes. Pero el extremismo está bajo control, creo. No tenemos un resurgimiento del extremismo en el sentido propio de la palabra. Basescu centró su campaña electoral en la lucha contra la corrupción. ¿Hay avances? Se han hecho cosas, pero todos sabemos —y la opinión pública sabe— que corruptos hay en ambos bandos, a todos los niveles. No hay una certitud en este momento de que el sistema judicial funcione independientemente de la política. Hay un temor entre corruptos y corruptores de que pueden ser investigados, pero queda bastante por hacer. |
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