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Demetris Christofias, elegido presidente de la República de Chipre en 2008, apuesta por una federación con la parte norte del país dividido, pero teme que la derrota de Mehmet Ali Talat dificulte las negociaciones.
Es el único dirigente de un país europeo que se declara comunista. Llegó al cargo en febrero de 2008 tras unas elecciones extremamente reñidas y trajo consigo la esperanza de relanzar las negociaciones de reunificación de la isla, desde 1974 separada en dos territorios. Aquel año, en respuesta a un golpe de estado promovido por Grecia, Turquía invadió el tercio norte de la isla y la ocupación aún persiste con 35.000 soldados en la zona declarada 'República Turca del Norte de Chipre' (RTNC), no reconocida por ningún estado excepto la propia Turquía.
El referéndum de reunificación de 2004 fracasó por la oposición de los grecochipriotas. Tras la llegada al poder de Demetris Christofias, la buena sintonía con su homólogo de la República Turca del Norte de Chipre, Mehmet Ali Talat, hizo presagiar avances, pero la derrota de Talat en las elecciones de la RNTC, el 18 de abril pasado, puede que haya dado al traste con el progreso, tal y como teme Christofias en la entrevista, realizada días antes de los comicios.
¿En que punto se encuentra el proceso de reunificación?
Por supuesto hay avances. Sin avances la esperanza moriría. Estamos aquí para hacer todo lo posible para solucionar este problema tan complicado y que viene de tanto tiempo atrás. El objetivo es reunificar el país, su gente, las instituciones y la economía. Necesitamos un país unido. Chipre es un país muy pequeño para estar dividido permanentemente. Ya de por sí es una tragedia que esté actualmente dividido de facto por la presencia de tropas ocupantes [turcas] en la isla desde 1974.
¿Qué elementos que obstaculizan la negociación?
«Nuestros garantes son Grecia y Turquía —nuestras madres patrias— y Gran Bretaña, la suegra»
Hay dos aspectos del problema. Uno es el aspecto internacional: el mantenimiento ilegal de las tropas turcas en el norte de Chipre, en violación de las leyes internacionales, de la integridad y de la soberanía de la República de Chipre. En este aspecto se incluye la seguridad.
¿A qué se refiere con 'seguridad'?
Me refiero a que, desgraciadamente, desde la independencia, contamos con poderes garantes de nuestra independencia. Son tres: Grecia, Turquía y Gran Bretaña. Suelo decir que tenemos como garantes a nuestras dos madres patrias, y a Gran Bretaña, que es la suegra. Estos garantes tienen la misión de defender nuestra independencia pero lo que ocurrió en realidad es que, primero, la Junta Militar de Grecia [1967-75] intentó poner fin a la independencia de la República de Chipre y, después, Turquía, usando como pretexto el golpe de estado [de Grecia] contra el presidente legítimo de Chipre, Makarios III, invadió Chipre alegando que pretendía restaurar el orden constitucional. Sin embargo, Makarios regresó poco después y el orden constitucional fue restaurado, pero la independencia de la República de Chipre no fue completamente restituida, porque continuaron las tropas turcas, se creó la llamada RTNC [República Turca del Norte de Chipre], lo que fue considerado por Naciones Unidas como un acto secesionista y no fue reconocido. La división continúa. Así que tenemos que resolver este aspecto del problema.
¿Cuál es el otro aspecto?
El interno, es decir, las relaciones entre las dos comunidades, su participación en el gobierno de la República de Chipre y, por supuesto, los derechos humanos. Tenemos que restaurar los derechos humanos y las libertades de los chipriotas.
¿Y qué solución propone?
Hemos decidido crear una federación en Chipre, aun cuando en Chipre jamás tuvimos las condiciones para una federación ya que ambas comunidades vivían mezcladas. Lo primero que tendremos que aprender es lo que es una federación y aceptar vivir con los turcochipriotas en esa federación y cómo se van a repartir los órganos de la federación con la participación de las dos comunidades.
¿Qué obstáculos ve en este camino?
Por desgracia, Turquía trajo a Chipre decenas de miles de colonos turcos que ahora son considerados ciudadanos de la llamada RTNC. Esto también es ilegal. Les dieron las propiedades de los grecochipriotas [en la parte ocupada por Turquía] y ahora quieren continuar poseyendo esas propiedades, lo que es inaceptable, por lo que tenemos que enfrentarnos a este problema según los tratados de derechos humanos, los valores de la Unión Europea y las convenciones internacionales.
Por tanto hay dificultades y diferentes perespectivas a la hora de afrontar el modo de participación de las dos comunidades, el rango de participación de ambas comunidades, cómo actuarán, cómo participarán en el poder ejecutivo, en el legislativo y en otros asuntos.
¿Hay diferencias que ya se han solucionado?
En el tema de participación en el poder y en el del buen gobierno hemos hecho un gran progreso, es bueno, es positivo. En el tema de la economía se trata de cómo conseguir la integración de la economía, cómo unirla en modelo de un Chipre federal... y en el tema de la Unión Europea hemos hecho algunos progresos. Pero hay aún dificultades y diferencias en estos aspectos. Tenemos que tocar aún otros tres o cuatro temas en los que hemos detectado mayores diferencias, en algunos casos diferencias muy profundas. Por tanto, miramos adelante... para continuar las negociaciones tras las ―así llamadas― elecciones de la parte ocupada. Deseamos continuar las negociaciones con el señor [Mehmet Ali] Talat, que está comprometido con esta solución.
Pero ¿qué pasará si gana las elecciones su rival, Derviş Eroglu?
Si su oponente gana las elecciones, entonces tendremos problemas, porque su visión, su filosofía sobre el problema de Chipre es una filosofía de no-solución. Pide dos Estados soberanos y separados. Con Talat ya hemos acordado que la solución se basará en un sólo Estado, con una sola soberanía indivisible, una sola ciudadanía y una personalidad internacional única. Estas son las bases que hemos acordado. Por desgracia el señor Eroglu sigue una política a favor de dos Estados.
¿Es el actual gobierno de Recep Tayyip Erdogan en Turquía es un obstáculo o un aliado en las negociaciones de paz?
Si dijese que es sólo un obstáculo, no habría esperanza para la solución. Mi opinión es que hay algunos turcos, la Turquía de Erdogan, de [el presidente Abdullah] Gül, de su partido, que quieren una solución para el problema de Chipre porque quieren modernizar Turquía y una Turquía moderna no puede continuar ocupando parte de territorio europeo. Por supuesto, ellos quieren una solución que sea favorable, no exclusivamente pero principalmente, a los intereses de Turquía. Pero tenemos que negociar con ellos.
¿A qué no renunciaría en estas negociaciones?
Insistimos en que Chipre es un Estado independiente y que en Chipre tiene que haber un Estado para los chipriotas, y no para los extranjeros, aunque luego tengamos relaciones cercanas con Turquía y Grecia, que son de donde vienen los turcochipriotas y los grecochipriotas. Pero tienen que entender que nosotros tenemos unas costumbres y una psicología común, la chipriota, y somos nosotros los que tenemos que tratar nuestros asuntos por nosotros mismos y no a través de un poder extranjero como Grecia, Turquía o Gran Bretaña. Por ello espero que Gül, Erdogan y los demás tomen pronto una decisión valiente y nos dejen tratar nuestros asuntos por nuestra cuenta. Nosotros queremos que Turquía se integre en la Unión Europea y que lo haga implementando sus obligaciones, incluidas las obligaciones hacia Chipre, como el reconocimiento y apertura de puertos y aeropuertos a las naves chipriotas. «Queremos que Turquía entre en la UE cumpliendo con sus obligaciones, incluidas las que tiene con Chipre»
¿Cuál es el papel de Grecia en estas negociaciones?
Querido amigo, tengo que serle sincero. He dicho que la Junta militar de Grecia creó un desastre en Chipre. Pero tras la restauración de la democracia en Grecia, su posición sobre Chipre es perfecta. El Gobierno griego reconoce y respeta la integridad, la soberanía y la independencia de Chipre. Están interesados en Chipre, por supuesto, quieren ayudarnos a restaurar la independencia de Chipre. Los políticos griegos no se sienten bien con el recuerdo de lo que hizo aquí su Junta fascista, pero ahora Grecia es un país democrático y por tanto tenemos una cercana cooperación con Grecia, son solidarios con nosotros.
¿Están los grecochipriotas dispuestos a ceder poder a los turcochipriotas para lograr una solución?
Tenemos que hacerlo. Debemos entender que somos codirectores de esta isla junto a los turcochipriotas. Por supuesto es un hecho el que los grecochipriotas tienen más peso en la isla, porque son el 80 por ciento de la población. Los grecochipriotas deben entender que deberán compartir el poder con los turcochipriotas y, viceversa, los turcochipriotas deben entender que no habrá igualdad numérica en los órganos de decisión porque los grecochipriotas son mayoría.Debemos definir una línea adecuada para llevar estos asuntos teniendo en cuenta la composición de la población. Los grecochipriotas debemos entender que Chipre es nuestra hogar común y no debemos imponer siempre nuestra voluntad a los turcochipriotas, la comunidad más débil.
Eso significa negociar no sólo con el otro bando sino también con el suyo propio...
Es una tarea difícil en la negociación. Pero yo estoy preparado para ello. Si no lo estuviese, no estaría sentado en esta silla. Este es el mayor objetivo de mi presidencia. Soy un enemigo del nacionalismo y del chovinismo. Respecto absolutamente el origen étnico, la religión, la lengua de cada una de las comunidades, porque sé muy bien que los greochipriotas y los turcochipriotas, si se les deja en paz, serán capaces de construir un nuevo Chipre unido, próspero y pacífico. Hay una necesidad de que los chipriotas pongamos fin a esta tragedia y construir una nueva vida.
Los partidos que participan en su coalición de gobierno han establecido líneas rojas en la negociación. ¿Es un obstáculo para negociación?
No. Para mí no hay líneas rojas. Las líneas rojas tienen que ver con Turquía. Cuando ellos dicen que la continuación del sistema de garantías que da derecho a otros países a intervenir en los asuntos internos de la República de Chipre es una línea roja, yo digo no. No pongo líneas rojas.
Con el nuevo Tratado de Lisboa, Chipre perderá el derecho de veto que ha utilizado varias veces para evitar que la Unión Europea aligerase el aislamiento de los turcochipriotas. ¿Qué ocurrirá ahora?
Si quiere decir que vamos a perder el derecho a tener la última palabra en asuntos que tienen que ver con Chipre digo que no. No perderemos ese poder. Porque algunas regulaciones como por ejemplo el llamado Comercio Directo es una regulación que no tiene la aprobación de la República de Chipre y nadie de fuera, ni siquiera la Unión Europea, puede imponernos algo así. La decisión del Consejo del 26 de abril de 2004 es que los turcochipriotas serán asistidos para que mejoren sus estándares económicos y facilitar así la reunificación.
¿Se arrepiente de haber pedido el No en el referéndum de reunificación de 2004, que se rechazó por el voto grecochipriota?
¿Por qué debería arrepentirme? Mi partido tomó la decisión correcta. Tenemos que encontrar una solución viable, equilibrada, y que tenga en cuenta el interés de las dos comunidades. El Plan Annan era un plan que venía de fuera. Por eso ahora he pedido al actual secretario general de la ONU [Ban-ki Moon] que esta vez las negociaciones estén dirigidas por los chipriotas y que los de fuera jueguen sólo un rol de facilitar las negociaciones, de asistentes, para una solución que decidirán los chipriotas. Si se vuelve a proponer un plan desde fuera está destinado a fracasar. Por eso fracasó el Plan Annan.
¿Tan importante es quién lo diseñara?
Es un tema de interferencia extranjera en los asuntos de Chipre. El origen de todas nuestras tragedias es la interferencias externas en los asuntos internos de Chipre. Por supuesto que los chipriotas muchas veces cayeron en estas trampas. «Si se vuelve a proponer un plan desde fuera, como el Plan Annan de 2004, está destinado a fracasar» Los chipriotas no son unos angelitos y hay fuerzas en ambas comunidades que jugaron a favor de los extranjeros. Por tanto tenemos que extraer lecciones de los errores pasados y trabajar junto a los turcochipriotas como chipriotas, sin injerencias externas.
En ámbitos diplomáticos se habla de una iniciativa promovida por España para juntar a las dos partes en conflicto, Turquía, Grecia, la presidencia de la Unión Europea y una representación de Naciones Unidas para dar un empujón a las negociaciones, y que habría fracasado por la oposición grecochipriota.
El presidente de la república no debería hacer comentarios sobre rumores de fuentes diplomáticas... La República de Chipre no está en contra de una conferencia internacional, pero debería incluir los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, a la presidencia de la Unión Europea, Grecia, Turquía, Gran Bretaña, la República de Chipre y los líderes de las dos comunidades. Pero insisto en la participación de la República de Chipre ―aparte de los grecochipriotas como comunidad― porque estamos hablando de las garantías para Chipre y de su seguridad.
¿Por qué insiste en este punto?
¿Sabe que Erdogan se niega a entrevistarse conmigo? Soy el presidente de un país miembro de la Unión Europea, el presidente legítimo de Chipre, reconocido así por toda la humanidad. Turquía no reconoce a la República de Chipre. Si quieren solucionar este error histórico deben reconocer a la República de Chipre como un igual, y así se podrá solucionar el problema de Chipre. No me opongo a una conferencia, digamos que mi propuesta es una mejora, una corrección a la propuesta de una conferencia sobre Chipre.
¿Con esta condición, la conferencia podría ayudar a avanzar?
Esta conferencia debería afrontar y si es posible resolver sólo los aspectos externos del problema de Chipre, es decir, la presencia de tropas de ocupación, el mantenimiento de los colonos y los garantes. Chipre no necesita garantes ni guardianes, porque es un estado de la Unión Europea.
Leer más:
Chipre: Misión imposible. Columna de Adrián Mac Liman. (2010).
Mehmet Ali Talat: «Las reuniones seguirán, pero ¿para tomar café o para negociar?» (Abr 2010)
Tensión estable. Reportaje (2008).
Conflicto de Chipre. Fondo.